Es tan penoso el presente del Atlético Nacional que su estratega Luis Fernando Suárez reconoció ayer que "por dignidad el cuerpo técnico y todos los jugadores, menos Humberto Mendoza, debemos renunciar ante el Comité Ejecutivo de la institución".
Con ello el adiestrador antioqueño puso a disposición su cargo y, aunque dejó una luz de esperanza de alguna continuidad, la derrota 1-2 ante un regular Cali lo condujo a reconocer que "a mi me trajeron para que resolviera un problema y como no lo hice es mejor que traigan a alguien que sí lo haga".
El grado de impotencia es tal, por la repetida generación de tristeza producto de jugar bien 20 minutos de los 90 y ver que la reacción con dos hombres menos solo alcanzó para un empate pasajero, que varios integrantes de la familia verde imitaron a Suárez.
Uno de ellos fue Mendoza, quien logró el 1-1 parcial con la ejecución del penalti cometido por Jámell Ramos, expulsado a los 81 minutos por un árbitro que tarjeteó a todo el que se movió y antes le había mostrado la roja a Jairo Palomino (44') y José Amaya (46', injusta).
El zaguero agradeció el gesto de Suárez, pero "este problema es colectivo y ya hablé con los directivos para que hagan lo que crean conveniente porque no deseo que cuenten más conmigo".
Nacional está tan mal que los árbitros ya no lo respetan (como aconteció ayer con Ramiro Suárez, del Quindío, en la expulsión de Amaya) y el mismo presidente Víctor Marulanda se declaró "fracasado" después de haber sido el autor intelectual del bicampeonato en 2007.
"Todos debemos decir qué pasa, razón por la que yo voy a hablar con los miembros de la Junta y a poner mi posición para que ellos tomen la decisión más conveniente, porque aquí hoy día soy un fracasado más al estar al frente de un equipo que no convence, que por números está eliminado; también tengo mi responsabilidad", explicó Víctor Marulanda.
Así de golpeados terminaron todos en Nacional, que cumple la peor campaña en 60 años de historia en la Copa Mustang al permanecer colero luego de 12 fechas en el rentado, en el que ha conseguido 7 puntos de 36 posibles y apenas tiene un rendimiento del 20 por ciento.
No era para menos esta especie de renuncia colectiva en el verde, ya que pese a la vergüenza que mostró el grupo para reponerse con dos hombres menos del bonito gol de Sergio Herrera (28', se fabricó con 10 pases), cuando logró la paridad con Mendoza volvió a fallar en defensa para que Batalla liquidara la contienda a los 86 minutos y aumentara la crisis.
Técnico, jugadores y presidente asumieron ayer en el Atanasio Girardot su responsabilidad y en caliente aceptaron que "los altos directivos deben tomar decisiones drásticas así nos duelas".
Lo que resta es esperar que el Comité analice este difícil momento en calma y con cabeza fría tome las mejores determinaciones para que Nacional vuelva a ser ese equipo grande que se paseó con fútbol y títulos por Suramérica, pero que hoy no tiene rumbo y genera tristeza cada que salta a la cancha.