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De los grandes conglomerados económicos del país se está acostumbrado a oír por sus utilidades, nuevos negocios, expansiones o movidas para ganar mercado. De hecho, perviven ideas como que "se la ganan toda" o hacen Responsabilidad Social Empresarial (RSE) solo para bajar el pago de impuestos.
Quienes promulgan esas creencias no advierten que hay ejemplos de compañías, cuyo aporte va más allá de cumplir obligaciones legales o generar más empleo.
Es el caso de Grupo Argos, la matriz de negocios inmobiliarios, cemento, energía y puertos que, de forma silenciosa, ha invertido a julio 3.700 millones de pesos, de los 4.500 millones previstos para 2014, al cumplir 80 años de existencia.
Pero las inversiones en lo que se conoce como "ciudadana corporativa, sostenibilidad y RSE" de todo el conglomerado, rondarán este año los 76 mil millones de pesos, similar a lo invertido en 2013, teniendo como puntas de lanza las fundaciones Argos y Celsia, además de la matriz del Grupo.
Y esa inversión, sin ningún ánimo de reconocimiento, se sabe en una conversación a mitad de pasillo con Camilo Abello Vives, vicepresidente de Asuntos Corporativos de la holding, durante la Asamblea 70 de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), que concluyó el viernes, en Medellín.
La apuesta botánica
Al escuchar a este ejecutivo costeño, se comprende que no es asunto de filantropía, sino de sostenibilidad con inteligencia y pensando en el impacto que tiene. Un ejemplo de ello son los 830 millones de pesos donados por el Grupo para la renovación del Salón Restrepo del Jardín Botánico de Medellín.
Esos aportes son el 46 por ciento de lo que cuestan las obras que esta fundación privada sin ánimo de lucro comenzó en febrero y estarán listas para septiembre. De esa manera, el pulmón verde de Medellín que visitan cerca de un millón de personas al año tendrá otro espacio de primer nivel con capacidad para 400 personas o dividirse por páneles en tres salones.
"Se podrán prestar más servicios a terceros y eso se traduce en más ingresos para que el Jardín se dedique a ser uno de los principales polos de investigación botánica del país", explica Abello sobre la entidad que destina el 60 por ciento de sus excedentes anuales a ese fin.
Y esa apuesta es consecuente con la suerte de nueva expedición botánica que, 200 años después de la de Mutis, decidió emprender Grupo Argos con el proyecto Savia. La iniciativa junta a científicos y periodistas en la tarea de difundir la riqueza de la flora colombiana con publicaciones que se distribuyen en 2.500 bibliotecas escolares de todo el país, con una inversión anual de 800 millones de pesos.
De los cinco tomos previstos, uno por año, se han publicado los de la Región Caribe y Amazonía-Orinoquía, y en febrero del próximo año saldrá Savia Pacífico. "Ya estamos pensando (para 2018) en el sexto libro sobre la botánica del río Magdalena", dice Abello, confiado en que sea forma de que hoy se reconozca la biodiversidad del país y se estimule en el futuro la investigación en nuevas generaciones.
Este tipo de acciones son coherentes con el llamado que hizo Bruce Mac Máster, presidente de la Andi, a todos sus afiliados la tarde del viernes: "en la medida que trabajemos en mejorar de forma solidaria las realidades en torno de nuestras empresas, no solo se aporta al país, sino a la sostenibilidad del mismo sector empresarial"