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No estaban muertos ni andaban de parranda. Sin embargo, para la gente, parece que hubieran resucitado.
Con el deseo, algunos medios de comunicación han "matado" varias veces al expresidente cubano Fidel Castro Ruz, nacido en Birán, Holguín, provincia de la Isla, el 13 de agosto de 1926. Incluso han llegado al extremo de publicar fotografías del supuesto cadáver del comandante que lideró la Revolución Cubana y tomó el poder el 1 de enero de 1959. Castro ha tenido muchos coqueteos con la muerte. Además de estos acercamientos ficticios, ha sido objeto de cientos de atentados, que se achacan a fuerzas estadounidenses.
Pero Castro sigue vivo y coleando. Desde que dejó la presidencia de su país, en 2006, por razones de salud, se ha dedicado a escribir libros, especialmente autobiográficos y de la Revolución.
La cantante Chavela Vargas, cuyo nombre era Isabel Vargas Lizano, murió el 5 de agosto de 2012. Nacida en Costa Rica hacía 93 años, esta artista consiguió rápida celebridad por su interpretación singular de la ranchera y la actuación en películas, en el decenio de 1960.
Cuentan las notas de prensa que se hundió en el alcoholismo y, por esto, abandonó la escena por casi 20 años. Volvió al anonimato y muchas personas, especialmente fuera de México, la daban por muerta. Fue el director de cine Pedro Almodóvar quien la visitó y convenció para que dejara la bebida. Superó su adicción y volvió a cantar a principios de la última década del siglo pasado. A los 80 años se lanzó en paracaídas.
Después de 14 años de permanecer anónimo, resurgió el escritor checo-francés Milan Kundera con una nueva novela: La fiesta de la insignificancia. Por más que los periodistas intentaron convencer a su editora en España, Beatriz de Moura, de Tusquets Editores, para que revelara su escondite, es decir, la dirección de su residencia en el país galo, ella no les dio gusto.
El autor de El libro de la risa y el olvido es experto en permanecer escondido. En el decenio de 1960, en Praga, luego de haber militado en el Partido Comunista, fue expulsado de este porque hasta los cuadros directivos llegó la noticia de que Kundera tenía ideas que defendían el individualismo, las cuales son contrarias a los regímenes comunistas, en los que se privilegia el Partido y la colectividad. Fue perseguido y, claro, el escritor debió permanecer oculto por algunos años, sobreviviendo como pianista de jazz, instrumento que aprendió de su papá, músico consumado, y redactor de un horóscopo en una revista, de lo que nada sabía. Hasta que su humanidad apareció sin tapujos en París, en 1975. La nueva "resurrección" de Milán Kundera de estos días, a los 85 años, es también su regreso a la literatura.
Volvieron del más allá
En nuestro medio hay dos casos en los cuales la resurrección no es un concepto metafórico ni una mala información, como en los anteriores. Se trata de los de Olga Elena Mattei, una de las grandes figuras de la poesía colombiana, y de Álvaro Molina, afamado cocinero.
Molina sufrió un desvanecimiento por un aneurisma, en su restaurante, en diciembre de 2012. Estuvo sin signos vitales por unos minutos. Después, entró en estado de coma por dos o tres días. Posteriormente, en un relato propio, el cocinero contó que había estado en "un castillo grande, blanco, que estaba suspendido en el aire y que tenía muchas puertas"; que habló con sus padres, ya muertos. Su papá lo conminó a sembrar árboles y ha ocuparse del bienestar del planeta tan deteriorado.
Por su parte, la autora de El profundo placer de este dolor sufrió un infarto cardíaco en febrero pasado. Según reveló en un recital de su poesía, que ofreció hace pocos días en la Biblioteca Piloto, perdió signos vitales por unos minutos y fue reanimada por los médicos. La poeta de quien Fernando González dijo: "No recuerda a nadie, no se confunde con nadie (…). Tiene imágenes que solo en los clásicos griegos, en Homero y en Shakespeare, encuentran sus hermanas…", volvió para seguir creando.