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Miles de manifestantes continuaron este sábado las concentraciones en diversas zonas de Hong Kong a la espera de que mañana, domingo, el movimiento pro democracia vote los pasos a dar en el futuro, tras un mes de protestas y enfrentamientos, y una semana de negociaciones infructuosas con el gobierno local.
La votación, un intento de democratizar el propio movimiento de protesta, se llevará a cabo a través de mensajes vía móvil, principalmente en la zona de Admiralty, junto a la sede del gobierno de Hong Kong, el centro neurálgico de las protestas.
El principal objetivo de la consulta es determinar si el movimiento de protesta acepta o no las ofertas del gobierno local lanzadas en las negociaciones de esta semana.
El Ejecutivo hongkonés pidió el fin de las protestas a cambio del establecimiento de un mecanismo permanente de negociación para una reforma política en Hong Kong.
También ofreció enviar una queja formal a China, recogiendo el sentir de la revolución de los paraguas, pidiendo una revisión del sistema de elecciones decidido por Pekín el pasado 31 de agosto, aunque el propio gobierno de la excolonia reconoció a los opositores que es imposible que el régimen comunista retire esos planes.
Organizadores del movimiento de protesta aseguraron este sábado que la votación de mañana, sea cual sea su resultado, en ningún caso supondrá el fin de las protestas, que se prolongan desde hace casi cuatro semanas y han tenido gran resonancia internacional.
"No hay planes de pedir a la gente que acabe la ocupación", aseguró en su página personal de Facebook Joshua Wong, uno de los más destacados líderes estudiantiles en las protestas, mientras que Benny Tai, del movimiento Occupy Hong Kong, también señaló que la consulta "no puede forzar a nadie a abandonar la protesta".
Mientras se ultiman los preparativos para la votación, el ambiente este sábado en Admiralty, zona tomada por las tiendas de campaña de los estudiantes, era casi festivo, con numerosos vecinos de Hong Kong acercándose al lugar para hacer fotografías y dar su apoyo a los manifestantes.
En Admiralty, los estudiantes ocupan desde finales de septiembre aproximadamente un kilómetro de la autovía Connaught Road, en el corazón político de Hong Kong, justo al lado de la residencia del jefe ejecutivo local, del Consejo Legislativo e incluso de los cuarteles del Ejército de Liberación Popular.
"Hay que contar al mundo la verdad, no lo que dice el gobierno de Hong Kong", señaló uno de estos vecinos hongkoneses, mientras los estudiantes dedicaban al día a estudiar en la biblioteca al aire libre que ellos mismos han levantado o a escuchar charlas y discursos de improvisados líderes políticos.
Menos pacífica continúa siendo la atmósfera en otra popular zona de ocupación y protestas, el barrio de Mong Kok, donde ayer viernes volvió a haber enfrentamientos entre manifestantes y grupos opuestos al movimiento político.
En el último incidente, una decena de personas con la cara cubierta intentaron retirar las barricadas que impiden el paso del tráfico y golpearon a algunos de los manifestantes, ante lo que la policía tuvo que intervenir y practicó algunas detenciones.
Entre los detenidos se encontraba un manifestante pro democracia que, vestido con el traje del Capitán América, se ha convertido durante las últimas semanas en uno de los símbolos del movimiento, junto con los paraguas, los lazos amarillos o el número 689, que decoran miles de carteles y pancartas.
Este número representa los votos con los que el actual jefe ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, resultó elegido en 2012, una prueba, según el movimiento demócrata, de su nula legitimidad, en un territorio de mas de 7 millones de habitantes.
El 31 de agosto, el Legislativo chino decidió en Pekín que Hong Kong elegirá por sufragio universal, como pedía el movimiento democrático, al sucesor de Leung en las elecciones de 2017, pero con la trampa de que los hongkoneses sólo podrán escoger entre dos o tres candidatos designados por un comité afín al régimen comunista.
A raíz de esa polémica decisión, a finales de septiembre estudiantes y otros colectivos de Hong Kong comenzaron unas ocupaciones como protesta que se prolongan hasta este sábado y que mañana, en votación por móvil, podrían tomar nuevos derroteros.