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Parecen una convención de bichos de todas las especies y calañas. Una reunión de la que casi nadie está enterado, aunque muchos sospechan, huelen y detestan.
Y si usted es de quienes prefieren aguantar las ganas hasta llegar a casa, quizás ahora tenga más razones para inflar vejiga e intestinos... y sacar pecho.
Las noticias no son nada buenas. Un grupo de científicos analizó 12 baños públicos en busca de las bacterias que allí viven. Y, claro, había de todo, como en botica.
Los investigadores tomaron muestras de los dispensadores de jabón, los asientos de los sanitarios, la perilla para vaciarlos, el piso, las llaves de agua, las puertas y otros sitios.
"Exploramos los patrones biogeográficos de las bacterias en cada una de las superficies de los baños", explicaron Gilberto Flores y colegas, de la Universidad de Colorado en Boulder.
En los pisos, había ciertas clases; en las paredes, otras; y sobre los sanitarios las demás, cada una hablando de su origen.
Los investigadores hallaron 19 filos de bacterias, la mayoría pertenecientes a cuatro: Actinobacterias, bacteriodotos, firmicutes y proteobacteria.
Sobre los sanitarios hallaron bacterias asociadas con el intestino. O sea, para ser exactos: estaban contaminados con materia fecal.
En el piso andaba la variedad más amplia, con varios taxones que se encuentran por lo general en el suelo.
En las superficies que por lo general tocan las manos habitaban bacterias asociadas con la piel humana, en especial propionibacteriaceae.
Pero también había diferencias por género: ciertos taxones eran más comunes en baños de mujeres, como la vaginal lactobacillaceae , debido a la contaminación urinaria.
"Estos resultados demuestran que las superficies de los servicios sanitarios albergan comunidades microbianas relativamente diversas dominadas por bacterias con un vínculo claro entre las comunidades en diferentes partes del cuerpo y aquellas encontradas en las diferentes superficies", explicaron los autores.
Hallaron tanto de la piel, como de los intestinos (heces), orina y... la boca.
Las bacterias bucales se encontraron, por ejemplo, en puertas, llaves y maniguetas.
En palabras del biólogo Rob Dunn en un artículo en Scientific American "es la primera vez que se da una mirada limpia a toda nuestra suciedad".
Los científicos se hallaron con sorpresas: en las maniguetas para soltar se encontraron bacterias comunes en el suelo, revelando los hábitos de algunas personas: las aprietan con sus zapatos.
Algunas llegaban a los baños por primera vez, en las manos o en quién sabe qué otra parte de la anatomía de los visitantes. Muchas otras son habitantes usuales del cuerpo humano.
Si bien el sanitario es uno de los grandes inventos de la humanidad, quizás habría que pensar sino es mejor esperar a casa para evacuar, aunque no sea tarea fácil.
Y aunque el estudio se hizo en Estados Unidos, cualquier parecido es... pura realidad.