Sin mencionar nombres, el presidente
Juan Manuel Santos rompió el silencio que mantuvo por casi dos semanas con respecto a las críticas que ha recibido de sus antecesores,
Álvaro Uribe y
Andrés Pastrana, a quienes señaló de "exacerbar" los problemas de seguridad del país. El escenario fue la imposición de la Orden de Boyacá al Nuncio Apostólico en la Casa de Nariño. Allí defendió el actual proceso de paz con la guerrilla de las Farc en Cuba.
"Muchos enemigos del Gobierno quieren exacerbar el tema de la seguridad, entonces dicen que el Gobierno está fallando en materia de seguridad (...) Los que están criticando y exagerando muchas veces actos delincuenciales están haciendo un tremendo daño y un gran favor a los delincuentes", aseguró Santos.
Santos recordó las recientes palabras del papa Francisco en su primera homilía: "No dejemos que los signos de destrucción y muerte acompañen el camino de este mundo nuestro… El odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida".
Sobre los diálogos con las Farc, reiteró que "ese proceso va marchando bien (...) de acuerdo a lo que estaba estipulado, esto no nos lo inventamos de la noche a la mañana". Dijo que es entendible que para el país sea difícil comprender que se negocie en medio del conflicto.
En los últimos días arreciaron las críticas al proceso de paz y la seguridad por parte de los expresidentes citados.
Uribe insiste, en apariciones públicas y trinos, que Santos "traicionó" las políticas que lo eligieron, como la Seguridad Democrática, mientras que Pastrana se fue lanza en ristre contra el Ministro del Interior y le advirtió a Santos que el Gobierno "no recibió de los colombianos el mandato de la paz".
Horacio Serpa, al sentirse invitado al debate
, interpretó que los expresidentes harán una coalición de cara a las elecciones presidenciales de 2014 para evitar la reelección de Santos. El expresidente Samper tampoco se quedó con sus dardos y los soltó a favor de Santos.