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El tema tan sonado de las pruebas sobre la presencia de jefes guerrilleros en territorio venezolano ha supuesto que a su alrededor se tejan varias hipótesis, dentro de las cuales se hace énfasis en la conveniencia o no del momento en el que se presentaron.
La gran mayoría de opinadores ha dicho que aunque es vox populi que las Farc y el Eln tienen cobijo del dictador Hugo Chávez, este no era el momento propicio para convocar a los directores de medios, luego ofrecer una rueda de prensa en la que se hablara de videos, fotos satelitales, declaraciones de desmovilizados y posteriormente se llevara el material a la OEA. Dicen que la jugada hace parte de la malquerencia en la que andan en estos días los presidentes Uribe y Santos y que el destape sirvió para que el gobernante en ejercicio se sacara un clavo por los nombramientos que está haciendo el mandatario electo.
Creo que luego de ocho años de jugadas calculadas, esos opinadores no conocen ni a Uribe ni a Santos. ¿No será más bien que la publicitada entrega de las pruebas fue concertada entre los dos?
Si Uribe asume a la salida de su gobierno -cuando ya no tiene nada que perder- la responsabilidad de decir ese tipo de cosas que tienen que decirse pero la diplomacia manda a callar, está haciéndole un favor a Santos, más que un ataque a su política exterior. Basta leer las declaraciones de Chávez y del canciller Maduro quienes salieron prestos a resaltar las diferencias entre el actual y el próximo presidente de Colombia. Chávez dijo "Este Gobierno aquí está con las manos abiertas, espero que este nuevo presidente haga honor a lo que ha venido diciendo", mientras por otro lado le volvía a decir mafioso a Uribe. Incluso luego de la sesión en la OEA, el venezolano mantuvo la puerta abierta al nuevo mandatario de Colombia.
Alguien tiene que hacer el trabajo sucio de no dejar que la cooperación del dictador con la guerrilla se diluya con el olvido, ¿y quién de los dos podía hacer un mejor trabajo? ¿El que se va, y por ende la palabra diplomacia no estará en su diccionario o el que apenas llega y debe mostrar una buena cara de conciliador?
El presidente Santos podrá empezar su gobierno con dos resultados gracias a este episodio: primero, es reconocido ante el mundo, incluso por Chávez y Rafael Correa, como un mandatario que quiere abrir el diálogo y solucionar los problemas con los vecinos; y segundo, durante unos meses más estarán sonando las pruebas y la discusión en la OEA que efectivamente muestra a Chávez como auxiliador de la guerrilla. Y todo esto, sin desgastarse.
P.S.: Ernesto Samper está preocupado porque dice que Uribe torpedea las relaciones con un socio comercial muy importante, ¿se le habrá olvidado que en su gobierno él mismo hizo todo por arruinar las relaciones con Estados Unidos, el primer socio comercial de Colombia?