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Con una tenue luz de esperanza que fije la ruta para la paz en Siria y acabe con dos años de una guerra civil que ya deja más de 90.000 muertos, finaliza hoy en Irlanda del Norte la cumbre de los líderes del G8 (países más industrializados del planeta y Rusia).
Las diferencias vaticinan que no habría consenso entre los jefes de Estado y de Gobierno de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Francia, Italia, Canadá y Rusia. Estas pasan por las denuncias estadounidenses del uso de armas químicas por parte del régimen de
Bashar Al Assad, contra sus enemigos, las masacres sistemáticas de población civil, el rechazo de Rusia a una zona de exclusión aérea sobre Siria, por considerar que viola el derecho internacional.
Incluso, líderes occidentales criticaron al presidente ruso,
Vladimir Putin, por respaldar al mandatario sirio en su lucha por aplastar el levantamiento. El primer ministro británico,
David Cameron, quien ejerce la presidencia de la Cumbre, admitió que existe una gran diferencia entre las posiciones de Rusia y Occidente sobre Siria y que no será fácil el acuerdo.
La Cumbre se lleva a cabo en el exclusivo hotel de Lough Erne, Enniskillen, bajo extremas medidas de seguridad porque en esa la localidad un ataque con bomba del IRA mató a 11 personas en 1987. Allí Obama intentó ayer persuadir a Putin a que lleve a Al Assad a la mesa de negociaciones, pero fuentes diplomáticas confirmaron a Reuters que el encuentro fue más frío de lo que se esperaba y no logró cambio de posturas.
Putin advirtió a Obama de los peligros de armar a los enemigos de Assad, quienes según el presidente ruso comieron partes de cuerpos humanos, algo de lo que la Unión Europea no se contagió porque ratificó el envío de armas a la oposición para julio próximo,
"Creo que básicamente no permitiremos este escenario", dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores ruso,
Alexander Lukashevich, quien aclaró que "todas estas maniobras sobre zonas de exclusión aéreas y corredores humanitarios son una consecuencia directa de la falta de respeto por la ley".
El presidente de Francia,
François Hollande, afirmó que "¿Cómo podemos permitir que Rusia siga entregando armas al régimen sirio cuando la oposición recibe muy pocas y está siendo masacrada?".
En este orden de ideas E.U. dijo que las recientes victorias de los militantes de Hezbollah, respaldados por Irán, en beneficio de las fuerzas de Assad se contrarrestarán con el envío de ayuda militar a los rebeldes, incluyendo armas automáticas, morteros y granadas impulsadas por cohetes.
"Seamos claros, estoy tan preocupado como los demás sobre elementos de la oposición siria, que son extremistas, que apoyan al terrorismo y que son una gran amenaza para el mundo", dijo Cameron al terciar en el debate.
Para el investigador de Europa de la Universidad Externado (Bogotá),
Miguel Martínez, "esta Cumbre no va a arrojar ninguna resolución concreta e importante para el mundo. De entrada se plantea que no habrá consenso en el caso sirio porque ni Rusia ni China están dispuestos a desestabilizar al régimen. Es claro que esta reunión no sirve para eso y será un canto a la bandera".
Crisis económica
La Cumbre también incluye debates sobre la economía global, la liberalización comercial, la lucha contra el terrorismo, la transparencia y el combate contra la evasión fiscal.
De hecho algunos participantes afirmaron ayer que la economía mundial se encuentra en mejor situación que en la reunión de hace un año en Camp David (E.U.). Según el presidente del Consejo Europeo,
Herman Van Rompuy, la Eurozona ha superado la amenaza de hace un año sobre su moneda única y la U.E. puede asegurar a los países del G8 que su situación económica ha mejorado desde entonces".