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A pesar de los llamados del Gobierno y la sociedad para agilizar el proceso de paz, seis meses se prolongaron las discusiones entre los negociadores del Gobierno y las Farc para conseguir un acuerdo para buscar soluciones al problema de los cultivos ilícitos que alimentan el narcotráfico.
Ambas delegaciones indicaron que lograron consensos para implementar "programas de sustitución de cultivos de uso ilícito", así como "programas de prevención del consumo y salud pública" y la "solución al fenómeno de producción y comercialización de narcóticos".
Desde el inicio se planteaba como uno de los temas más difíciles y a la vez polémicos frente a las acusaciones del propio Gobierno, los organismos de seguridad y agencias antidrogas internacionales, como la estadounidense DEA, que llegó a calificar a las Farc como el mayor "cartel del narcotráfico en Colombia".
Esas autoridades han indicado desde hace más de 10 años que las Farc controlan toda la cadena productiva: siembra de coca y marihuana, la producción de base de coca y cocaína en laboratorios y el tráfico. Esto mediante alianzas con narcos, bandas criminales y nexos con carteles mexicanos, como el de Sinaloa.
Las Farc negaron a lo largo de la discusión sus nexos con el narcotráfico y consideran los cultivos ilícitos como secuela del abandono estatal del campo, que obligó a los campesinos a cultivas coca para no depender de productos agrarios de baja rentabilidad.
Las visiones opuestas sobre la validez de la lucha antidrogas apoyada por Estados Unidos mediante acciones como la fumigaciones aéreas, o la represión a los campesinos cocaleros, así como las acusaciones de grupo narcotraficante, fueron motivo de cuestionamientos del grupo guerrillero y tensiones en la mesa de negociaciones.
Ejemplo de esas diferencias fueron críticas de los negociadores de las Farc al Gobierno. "Con mentiras no se resuelven los problemas que generaron el conflicto colombiano. Ningún beneficio para la paz trae un discurso sesgado en el que se pretende colocar en los hombros de la guerrilla la responsabilidad de la existencia del fenómeno del narcotráfico en Colombia", señaló un escrito publicado por alias "Jesús Santrich" en la página de las Farc en Internet el año pasado.
Agregó que "una Colombia sin coca y sin conflicto sólo es posible acabando con la miseria que le han impuesto al pueblo colombiano, empujándolo a sobrevivir valiéndose de economías de rebusque e ilegales".
fue una respuesta a la intervención en Nueva York del presidente Juan Manuel Santos, que calificó este negocio ilegal como el combustible que alimenta el conflicto armado y que permeó a la guerrilla. “Ahora bien, nuestro conflicto, con toda su violencia y su crueldad, ha estado atravesado por una flecha venenosa que lo alimenta y que se alimenta de él: el narcotráfico".
Y frente a las Farc, aseguró que "sin la influencia nefasta del narcotráfico, que aviva la hoguera de nuestro conflicto, estoy seguro de que éste ya habría terminado. Esperamos que la guerrilla, una vez desmovilizada, cambie de lado y se convierta en aliada del Estado para poner un dique al narcotráfico y terminar los cultivos ilegales".
Coca en zonas de Farc
Según investigaciones de autoridades antinarcóticos, desde el año 2000 el narcotráfico se convirtió en la fuente principal de financiación de las Farc. Aunque en los últimos 5 años descendió por la lucha antinarcóticos y la erradicación de cultivos ilegales, la Oficina de ONU contra las Drogas y el Delito indicó en 2012 que a las arcas de las Farc ingresaron, entre 2011 y 2012, un billón 755 mil millones de pesos. De esa fortuna, el narcotráfico representó el 51 por ciento de los ingresos (un billón), seguido por la extorsión (666 mil millones) y la "minería ilegal" (193 mil millones).
Para las autoridades colombianas, no es casual que las zonas de retaguardia de las Farc sean las regiones con más cultivos ilícitos, según ese mismo informe de la ONU: Nariño, Putumayo, Guaviare, Cauca y Norte de Santander. Los únicos tres departamentos donde aumentaron los cultivos ilícitos, en 2012, también concuerdan con la presencia histórica de las Farc: Norte de Santander, Caquetá y Chocó.
Según informes de la Policía Antinarcóticos, unos 20 frentes que identifica como dedicados al narcotráfico se han convertido en soporte financiero de los cinco bloques fuertes de las Farc: Comando Conjunto de Occidente, Sur, Oriental e Iván Ríos.
Por esos nexos, que confirma la agencia antidrogas DEA, en 2006, 50 miembros de las Farc —entre ellos los jefes del Secretariado, del Estado Mayor y cabecillas de frentes— fueron solicitados en extradición por Estados Unidos. Ese país mantiene en su lista de narcotraficantes a los máximos jefes de las Farc, alias "Timoleón" e "Iván Márquez".
De cara al futuro del país, analistas del problema del narcotráfico advierten el riesgo que reductos de la guerrilla que no se desmovilicen continúen con el tráfico de narcóticos y suceda algo similar con los mandos medios de las autodefensas, que tenían presencia en regiones con cultivos ilícitos, laboratorios y rutas de narcotráfico, que se reagruparon en las bandas criminales.
Según el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en Colombia hay descenso de los cultivos ilícitos. Al 31 de diciembre de 2012 había 48 mil hectáreas sembradas de coca en 23 de 32 departamentos del país. Una reducción del 25 por ciento respecto a las 64.000 hectáreas detectadas en 2011.