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El sábado 28 de diciembre se cumplió el plazo para que más de un millón de estadounidenses sin trabajo, se quedaran sin subsidio federal por desempleo. Muchas personas se verán forzados a vender sus autos, mudarse y aceptar empleos con salario mínimo luego de haber recortado ya sus gastos y empeñado pertenencias para poder sostenerse.
Por ejemplo, Greg y Barbara Chastain, de Huntington Beach, California, pusieron a sus hijos en el programa de almuerzos escolares y eliminaron las cenas fuera de casa, tras perder su compañía de fabricación de camisetas en junio por una disputa con un inversionista. Los Chastain agotaron sus prestaciones estatales por desempleo y ahora que los pagos federales se acabaron, a menos que encuentren empleos pronto, la pareja planea sacar a sus hijos de la escuela secundaria en enero y mudarse unos 80 kilómetros al este, donde un familiar tiene una casa en la que podrían vivir y ahorrar el alquiler.
"Podríamos deshacernos de uno de los autos, pero entonces no podríamos ir al trabajo. Es un ciclo sin fin", dijo Greg Chastain, de 43 años, mientras acompañaba a su esposa a un centro de apoyo a desempleados en el condado de Orange.
El fin del programa de cinco años, que extendió los pagos para las personas que han estado desempleadas por largo tiempo, afectó desde el sábado a 1,3 millones de estadounidenses y afectará a centenares de miles más en los meses siguientes. Bajo el programa, el gobierno federal pagó un salario mensual promedio de mil 166 dólares.
Aunque el gobierno de Barack Obama y los demócratas en el Congreso deseaban prolongar el programa, las extensiones fueron retiradas de un acuerdo de presupuesto acordado el mes de diciembre y los republicanos rechazaron su costo de 26 mil millones de dólares anuales.
La tendencia ya ha aflorado en Carolina del Norte, que comenzó a recortar los subsidios en julio. La tasa de desempleo en el estado bajó de 8,8 por ciento en junio a 7,4 por ciento en noviembre, aunque la cantidad de residentes del estado que dijeron tener trabajo apenas aumentó ligeramente en ese período.
Este mes, el director de la Reserva Federal Ben Bernanke advirtió que el fin de la extensión de los pagos "hará bajar la tasa de desempleo, pero por la razón equivocada".
Dese 2008, el programa federal pagó prestaciones a los desempleados una vez que se vencieron sus 26 semanas de pagos estatales. En su punto máximo, el programa pagó hasta 73 semanas a quienes no tuvieron trabajo por un largo plazo.