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HISTÓRICO
SOMOS LOS INDIGNADOS POR LO INDIGNANTE
Por SARA CATAÑO GALLO Universidad de Medellín Comunicación y Lenguajes Audiovisuales, décimo semestre | Publicado
Así como nos indignamos por la filita del café, los indignados somos más.

En el país del café, del deporte, de las oportunidades, el país más feliz del mundo, el de las mujeres hermosas, los hombres trabajadores, la gente talentosa, la creatividad y el verde de las montañas, hay más indignados virtuales que indignados reales.

En nuestro país los indignados somos más. Los colombianos tenemos la capacidad de sacar nuestros demonios por un café, por un gol, por una cometa que parece ovni, por una promoción que no es promoción en un almacén de cadena, por el presidente que ya no puede ser presidente, por el señor que le pegó a la señora y la mató, por la ignorancia de muchos y por la pobreza de otros, por los robos mutantes, por los niños en los semáforos jugando a ser grandes, por todo señores, los colombianos sacamos nuestros demonios, protestamos, hacemos el debido proceso de un enojado; pero ¿hasta cuándo?, nos dura un día, nos dura hasta horas, quizá minutos, nos dura lo que se demora el click en hacer ¡click…, nos dura lo que tarda el noticiero en cambiarnos la noticia, ¿somos indignados de corazón o somos indignados de moda?

Criticar se nos volvió un oficio, lo pudimos ver con la situación alarmante de Venezuela, con el famoso jugador de fútbol que le pegó a su chica en una discoteca, con la alarmante respuesta de una senadora frente a dicho suceso de violencia, el paro que "no existió", el hacker, el amigo de lo ajeno que se fue del país, el gol que sí fue gol pero no fue, aquella respetada señora que se fue para Panamá y ya no está. El punto es que son miles y miles de situaciones alarmantes en el país que los colombianos no queremos ver, no sabemos por qué y dónde protestar, estas palabras son una invitación a la indignación por moda, es mejor informarse para no ir a criticar algo que ni siquiera sabemos de dónde salió.

Si no sabe no juzgue y si no le gusta ¡no lo haga…

* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
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