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HISTÓRICO
Space, que nunca más se repita
  • Space, que nunca más se repita | ILUSTRACIÓN ESTEBAN PARÍS
    Space, que nunca más se repita | ILUSTRACIÓN ESTEBAN PARÍS
EL COLOMBIANO | Publicado

La demolición controlada de los torres que quedan en pie del conjunto residencial Space, prevista para hoy, significa un paso definitivo y sin retorno en un proceso que solo terminará ante los tribunales de justicia.

Este es solo el cierre de un capítulo doloroso del cual deben quedar las lecciones, pero no el ícono de ese dolor.

En tan solo seis segundos quedarán reducidos a escombros los sueños de más de dos centenares de personas que depositaron su patrimonio familiar y su confianza en la firma constructora CDO.

Si todo sucede como está previsto, con 20 miniexplosiones, en las cuales se utilizarán 200 kilos de Indugel, los ingenieros y trabajadores de la empresa Atila, pondrán fin, mediante una proeza de la ingeniería de demolición, a un edificio que se convirtió, por fallas en su construcción, en un desastre reputacional para la ingeniería antioqueña y para la ciudad.

No se trata de ningún espectáculo, y en eso El Colombiano ha tomado las distancias necesarias para cumplir su misión de informar, pues lo que allí se vivió fue una tragedia, cuando el 12 de octubre de 2013 se desplomó la torre 6 provocando la muerte de 12 personas y afectación a numerosas familias.

El sonido de la explosión, que alcanzará los 110 decibeles y la nube de polvo que se levantará, quedarán en la memoria de los vecinos y habitantes de Medellín como el recuerdo de un drama que nunca debió ocurrir en esta ciudad, sede de reputadas firmas constructoras.

La explosión convertirá 10.300 metros cuadrados construidos en 30.000 metros cúbicos de escombros, y en algunos meses se podrá observar un lote vacío de 10.400 metros cuadrados, cuyo destino es incierto, aunque ya hay propuesta para que Medellín levante allí un parque, en medio de los cuestionamientos de la comunidad por lo sucedido, que no solo tienen que ver con los procesos civiles y penales contra la firma constructora, sino por los controles no ejercidos por funcionarios municipales y curadores, pues nadie podrá evadir la responsabilidad que le corresponde.

Las cifras publicadas por este periódico dan cuentan de la magnitud de este desastre: el complejo lo constituían 161 apartamentos, donde habitaban 128 familias, las cuales pagaron 300 millones de pesos, en promedio, por su apartamento. En la torre seis, de 26 pisos, había 56 apartamentos.

Los antiguos propietarios tienen hoy sentimientos encontrados frente a este proyecto que miraba a la ciudad desde una de las lomas del barrio El Poblado y que hoy otean su futuro con impotencia.

Por eso la demolición es parte del proceso de cierre de la tragedia, pero al mismo tiempo la continuidad de un drama que no se resuelve, y ante todo, que no tendría por qué haber ocurrido. Y de ahí surge el imperativo de establecer controles rigurosos para que situaciones como esta no se vuelvan a presentar en Medellín ni en ninguna ciudad del país.

El Gobierno presentó ayer un proyecto de ley de viviendas seguras, que algunos han dado en llamar "Ley anti-Space" y que buscará, entre otras cosas, una reforma a las curadurías y pólizas para garantizar la inversión de los compradores.

El Ministerio de Vivienda espera que el sector constructor y comercializador de viviendas tengan pólizas que cubran a los propietarios en caso de deficiencias en construcción, suelos, materiales, o diseños.

Con Space no aplica aquello de "lo que pasó, pasó", sino que debe quedar el compromiso de no repetición, pues la lección debe ser bien aprendida, para beneficio de los compradores y de la propia reputación del sector constructor.
Contraposición

EL EDIFICIO SPACE SE PUDO HABER RECUPERADO

Por PEDRO PABLO BETANCUR TOLEDO
Ingeniero Civil, exsecretario de Obras.
* Apartes de una comunicación proporcionada por la firma CDO


Para mí es muy difícil entender desde mi óptica de ingeniero civil, por qué el señor alcalde de Medellín, Dr. Aníbal Gaviria C., quien puede asesorarse del mejor equipo multidisciplinario de ingenieros, para tomar las mejores y más sabias decisiones, llegue a obstinarse en destruir un patrimonio que es recuperable mediante la utilización y aplicación de sistemas tecnológicos ya probados, que permitan la recuperación total de las estructuras existentes.


Yo no creo y me resisto a pensar que el Alcalde de Medellín sea tan torpe de avalar la decisión de demoler y asumir que esa sea una medida basada exclusivamente en los rigores de la técnica, me inclino a pensar que son decisiones más basadas en un acontecimiento político que en la aplicación de unas normas técnicas, porque me atrevo a pensar que haciendo el ruido de destruir los edificios Space obtendrá más réditos políticos para su próxima campaña política con la búsqueda de nuevas aspiraciones personales, que el resarcimiento que pueda hacerse a los afectados; los cuales han venido siendo atendidos como queda claro en la comunicación firmada por el ingeniero Álvaro Villegas Moreno, para quien envío mi más respetuoso y solidario saludo de colega de la ingeniería y de reconocimiento personal, de que ha sido y será un hombre de bien y respetuoso de la ley; que si se le permite actuar con el reforzamiento viable del edificio Space, cumplirá a cabalidad con las personas que desafortunadamente y por un accidente no deliberado de la ingeniería, han sufrido muchos perjuicios económicos.

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