Hace años, se enseñaba en los colegios que la Tierra tenía dos movimientos: rotación y traslación. Luego a las aulas de clase llegaron otros.
Rotación y traslación, se decía, pero hay más.
Con el terremoto de Chile, el especialista de la Nasa Richard Gross dijo que el eje del planeta pudo haberse movido cerca de 7,6 centímetros y el día se acortó 1,26 milisegundos (millonésimas de segundo).
Luis Alberto Briceño, profesor de la Universidad Nacional, recordó que cambios en el eje de rotación son más frecuentes de lo creído.
"Es algo de física básica: cuando las masas se reacomodan alrededor de un punto de giro, se afectan otras dinámicas físicas, en este caso la conservación del movimiento angular, que tiene que ver con el momento de inercia".
Es como cuando un bailarín en patines cierra sus brazos y gira a mayor velocidad que con ellos extendidos. Eso fue lo que sucedió.
Matt Springer, en Built on Facts, recuerda que eso no tiene implicaciones de ningún tipo sobre el clima.
Es que del movimiento de la Tierra surgen las glaciaciones: la excentricidad de la órbita terrestre, la inclinación axial y la precesión de la órbita (movimiento de cabeceo como el que realiza un trompo), inciden en ese fenómeno.
El terremoto que originó el tsunami en Indonesia en 2004, acortó el día 6,8 microsegundos.
No es nada apreciable y no tiene consecuencias para el planeta ni para sus habitantes. Pero es un buen dato para recordar que la Tierra nunca está quieta.