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Fue un amor a primera vista. Desde cuando pisó tierra antioqueña, hace nueve años, Alexánder Tony Ruiz y su esposa María Teresa se fascinaron con este valle en el que se sintieron como en casa, y se volvieron los más furibundos defensores de Medellín.
En su larga trayectoria hotelera, la capital antioqueña fue la décima ciudad en 21 países adonde llegaban a instalarse y en la que dejan, a su partida, innumerables amigos y afectos.
A diferencia de lo vivido en otras capitales, Tony y María Teresa sintieron, en Medellín, una conexión inmediata. "A los 15 días ya estábamos con gente apreciada. Es muy importante compenetrarse de una porque ayuda a superar nostalgias", señala el hasta hoy gerente general del Hotel Intercontinental de Medellín, tras la adquisición del hotel por parte de Global Hotels.
Después de 15 años regresa a su hogar en Miami, como nuevo director Regional de ventas de la cadena Intercontinental para el Caribe, Centro América y los países sobre la Cordillera Andina, con la satisfacción del deber cumplido, con una placa de reconocimiento que ayer le entregó la Red Colombiana de Periodistas de Turismo y con el Escudo de Antioquia, categoría Oro, que hoy le otorga la Gobernación de Antioquia.
Tony hace un análisis sobre el sector turístico de la ciudad que aprendió a querer y a defender, y que promueve de manera permanente como el mejor embajador.
¿Qué fue lo mejor de su paso por Medellín?
"Lo bueno fue haber podido convencer a los dueños de la necesidad de renovar. Tras una inversión de 10 millones de dólares recuperamos el hotel para la ciudad, los clientes y para los empleados. Este es el Inter que más premios ha ganado en tan corto lapso. Entre los más recientes se destaca el de la revista Latin Trade, donde nos catalogan como el Mejor Hotel durante 10 años consecutivos. Y hace tres días recibimos la calificación Excelencia según TripAdvisor 2011, que también ganamos en 2010".
¿Hay algo que califique como malo en el sector turístico antioqueño?
"Hay dos cosas que me molestan mucho: que hablen mal de Medellín. Cuando el sector turístico dice que en Medellín no hay nada que hacer, que no hay cultura, que carece de gastronomía o que la ciudad es sucia. Yo me pregunto: ¿de qué ciudad hablan? Nos ha tomado nueve años al sector ayudar a posicionar la ciudad. Pero debieron ser solo uno o dos años, porque Medellín tiene tanto para ofrecer. Lo otro es lo que tiene que ver con la seguridad, que ojalá las autoridades la controlen para que la ciudad pueda seguir creciendo como vamos hasta ahora".
¿Qué le preocupa de la ciudad a futuro?
"La parahotelería para la cual los negocios formales pedimos que se formalicen y, pegado a ella, la cantidad de hoteles nuevos que son totalmente innecesarios y con los que están engañando vilmente a los inversionistas. Lo digo porque les ofrecen unas ganancias millonarias. La ocupación de la ciudad es del 50 por ciento. ¿Qué negocios sobreviven vendiendo solo el 50 por ciento? De 365 días del año, los hoteles formales de la Asociación vendemos 6 días al 100 por ciento".