El debate revive cada año cuando se aproxima la feria taurina.
Al ambiente de las corridas se suman las voces de defensores y contradictores de la tauromaquia que contraponen ideas sobre la permanencia de esa actividad como expresión cultural, y sobre la posibilidad de prohibirla con el argumento de que es un acto de crueldad con los animales.
Aunque el tema ha escalado hasta posicionarse en la agenda política, los ciudadanos no abandonan la discusión y las redes sociales son uno de los escenarios en donde se enfrentan posiciones sobre el tema.
En Twitter
EL COLOMBIANO propuso la etiqueta #TorosMedellín para que los usuarios esa red expusieran sus opiniones. Algunos de ellos aseguran que las corridas
deberían mantenerse como una manifestación de cultura,
Arlex Velásquez, @Arlexv, por ejemplo, dice que se trata de "una fiesta tradicional como la Feria de Flores".
Pero desde el otro lado de la barrera,
la mayoría se declara en contra de esta práctica,
Marcela Díaz, directora de la Fundación Orca, afirma que "una sociedad que clama por la paz, no debe festejar la crueldad y la tortura de un animal".
Pero la discusión no se reduce a permitir o prohibir. Aunque sin tecnicismos jurídicos, los ciudadanos ponen los derechos en el centro del debate y, de esa forma, entran en juego posiciones que no se declaran a favor de esa práctica pero defienden el derecho de sus aficionados a celebrarla.
Otra postura intermedia recoge una propuesta de un grupo de concejales de Medellín para eliminar de las corridas de toros el sufrimiento y la muerte del animal. Usuarios de Twitter como
Augusto López, @AugustoFernan24, se declaran a favor de esta esa iniciativa. "Creo que es posible el espectáculo sin maltratar al animal, es más, creo que sería más llamativo para quienes no nos gusta".
Sin embargo, por disposición de la Corte Constitucional,
la decisión no recae sobre las alcaldías o los concejos municipales. Sería necesaria la aprobación de una ley para prohibir o modificar la práctica de la tauromaquia.
La propuesta que ha surgido en los últimos meses es
que sean los ciudadanos, con una iniciativa de origen popular, quienes lleven la discusión al Congreso y que allí se recoja su voluntad y se diga la última palabra sobre el futuro de los de toros en Colombia.