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El ejercicio de acompañamiento de autoridades civiles y militares a las comunidades amenazadas por la violencia en la comuna 8 de Medellín es un ejemplo de cómo una sociedad puede crear mecanismos para resistir a quienes quieren desestabilizarla. Los corredores de seguridad dispuestos por la Policía han posibilitado que un alto porcentaje de los alumnos haya regresado a clases, tras unos días de zozobra y amenazas en los cuales la deserción fue superior al 70%. Otras instituciones del Estado también han aportado para que estas comunidades, especialmente sus jóvenes, superen el temor y puedan disfrutar de actividades de recreación y esparcimiento.
El apoyo de las autoridades a la comunidad es una forma de derrotar a los violentos, que quieren paralizar actividades cotidianas como el estudio y el transporte, para imponer su ley del miedo y del terror.