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Nació en Samaniego, Nariño pero desde que era muy pequeño ha sido nómada. Ha estado en tantas partes del país, que no tiene sentido de pertenencia o, más bien, lo tiene con todos los lugares: se enamora de cada sitio al que llega. Entrando en Bello, inscribió una de sus pinturas en el Salón BAT de arte popular y recibió una tercera mención. Y ahora esa obra suya, Pacífico Sur, emulando su errancia, deambula por distintas salas de exposiciones del país, en una exposición itinerante.
Se trata de Jaime Saúl Gutiérrez Arévalo y esa obra que intenta imitarlo en esos de la inquietud, es Pacífico Sur.
"He caminado desde siempre, vacío de patria chica, pero lleno de la identidad con todos los sitios", comenta.
Nacido el 17 de septiembre de 1951, es un artista plástico cultor del hiperrealismo. Es decir, ese movimiento que, según Leonel Estrada, el artista y crítico fallecido en 2012, en su diccionario Arte Actual, "pretende plasmar la realidad, con la precisión de la lente fotográfica (...). Algo más verdadero que lo real".
Jaime muestra en este cuadro una escena de la vida cotidiana de Tumaco, donde ahora vive. Afuera de una casa de un pueblo semipalafito (una parte de las construcciones descansa en tierra y la otra, en zancos que entran hasta el fondo del mar), un grupo de mujeres lava ropa, mientras unos niños juegan junto a un puente de palo. Al fondo, la orilla con palmeras, en la que se aprecian casas semejantes. Una canoa va ocupada por dos personas. No es una obra abigarrada.
"Me interesa plasmar el hábitat y la cultura de un sitio. En Tumaco hay un derroche de belleza en la Naturaleza y en las mujeres ".
Pescadores, madereros, costumbres son sus temas. Pintura y escultura sus medios expresivos.