viernes
7 y 9
7 y 9
La Madremonte les recuerda a los visitantes del Parque Zoológico Santa Fe la necesidad de proteger la naturaleza y garantizar que haya vida en el planeta. La mujer, protagonista de un mito colombiano, explica que guacamayas y tucanes podrían desaparecer si no se cuida su hábitat y se evita el tráfico de la especie.
Un cazador ofrece al grupo aves exóticas para que las compren como mascotas. Algunos alegan y lo confrontan. Aseguran que es ilegal. Él insiste en que deben llevarse uno de esos animales a casa.
Donde habitan las loras y los micos, se levanta un campo santo. La Madremonte cuenta que las especies que se trafican pueden terminar como aquellas, adornando las lápidas del cementerio.
Recuerdo y cuidado
La imagen de una foca monje resalta entre las losas. Es un homenaje simbólico que se erigió para recordar los animales extinguidos de especies colombianas.
“El cementerio es un módulo interpretativo que se pone a disposición en el zoológico para sensibilizar a las personas en referencia a los animales que están extintos. Es un acto representativo y conmemorativo para ellos” asegura Lina Ramírez, coordinadora de educación ambiental del Zoológico Santa Fe.
Prácticas como la caza y el tráfico ilegal atentan contra el bienestar y la subsistencia de la gran variedad de fauna silvestre que tiene Colombia, esa que le ha otorgado el título de uno de los países más biodiversos del mundo.
Aproximadamente 1.800 especies de aves, 700 de ranas, 500 de reptiles y más 3.000 de peces de agua dulce, conforman la multiplicidad de vida del país.
Sin embargo, el oso de anteojos, el tapir y el delfín rosado son solo algunas de las especies que corren el riesgo de extinguirse debido a la destrucción de su ecosistema y la falta de conciencia sobre la importancia de la conservación ambiental.
El cementerio del Parque Zoológico Santa Fe busca educar a los más pequeños sobre la posibilidad que tienen de evitar que el planeta se quede sin la belleza de sus animales.
Con este recurso, los visitantes conocen de cerca cómo algunas acciones pueden repercutir de forma negativa en la naturaleza y terminar con la vida que le da color al mundo.
“Esta idea me parece genial para enseñarles a los niños algo fundamental, con una herramienta didáctica capaz de motivarlos a involucrarse con la defensa y protección del medio ambiente”, indica Sara Osorio, madre de familia.
Tráfico de fauna
El Tití gris, especie endémica de Colombia, es una de las más traficadas del país. El mono aullador rojo, loras, guacamayas y tucanes también integran esta lista. En 2013, las autoridades rescataron 1.028 individuos de fauna silvestre, puestos a disposición de fundaciones para rehabilitación y liberación. Cuando se recuperan productos como pieles, carne y bolsos, se incineran o donan a museos y grupos de investigación.