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HISTÓRICO
Un salón para ver y dialogar
  • Un salón para ver y dialogar | La artista Leyla Cárdenas expone su obra Periplo en el Edificio Antioquia. Este es uno de los lugares en que el arte dialoga con el espacio. FOTO DONALDO ZULUAGA
    Un salón para ver y dialogar | La artista Leyla Cárdenas expone su obra Periplo en el Edificio Antioquia. Este es uno de los lugares en que el arte dialoga con el espacio. FOTO DONALDO ZULUAGA
Por MÓNICA QUINTERO RESTREPO | Publicado

En esa pared blanca está el reloj. Nada más que el reloj en la misma hora: ocho y cuatro. Al lado está esa línea, en toda la mitad de la pared. Luego ese camino de arena, que llega a la otra pared, a otra línea, también negra. Reloj de la Estación de la Sabana. Colombia, c. 1950.

"Este reloj estaba ubicado en la Estación de tren de la Sabana, Bogotá, cuyo edificio se terminó de construir en 1917 y se convirtió en el lugar donde convergían las líneas de ferrocarril que llegaban a la ciudad —se lee en la ficha técnica—. Hoy el reloj se exhibe en el Museo Nacional, pertenece a la Colección Ferrocarriles de Colombia, y fue declarado Patrimonio Cultural e Histórico de la Nación".

Ese reloj está ahora en el Museo de Arte Moderno de Medellín y lo seguirá estando durante los próximos dos meses del Salón (inter) Nacional de Artistas, que se inauguró ayer y que abre sus puertas hoy al público. Es una de las obras para ver, porque cuenta una historia.

Ver es una palabra importante en este evento, que se considera el más importante de las artes en el país. "Las exposiciones son para ver y eso es muy chévere porque hay obras muy bonitas desde el concepto y también desde la técnica, las hay más tradicionales y más interactivas, explica Juliana Restrepo, la directora ejecutiva.

Son cuatro espacios expositivos, que no necesitan un orden específico, porque "las muestras funcionan autónomamente", expresa Javier Mejía, uno de los curadores. Si bien para la inauguración se propuso empezar en el Jardín Botánico, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Antioquia (incluyendo la Casa del Encuentro) y, al final, el Edificio Antioquia, conocido más como La Naviera, ahí al frente de la estación Parque Berrío.

La Naviera puede ser siempre el final, porque es el momento social, un lugar que proponen más para el diálogo, para el arte local, para el divertirse: La Heladería. "Lo que pasa ahí para mí es increíble —señala Juliana—. Es la plataforma local del proyecto, donde incluso están personas que no hacen parte del circuito del arte".

De todas maneras hay dos meses para recorrer (hasta el 3 de noviembre). Para ese ver. "Creemos que la muestra nacional es muy significativa, que los artistas internacionales que acompañan a los nacionales son de la mayor trascendencia y creemos que es el momento propicio para que desde hoy los colombianos visiten la ciudad y el Salón", dice la ministra de Cultura, Mariana Garcés.

Un recorrido para hacer sin prejuicios. Para tratar de hacerse una idea. Para escribir la historia que lea, a su manera. Para encantarse o no. Para escuchar a los guías. Para no pararles bolas. Para saber o desconocer, a la vez. Porque también está la frase del señor de camisa roja. "Está bien que el artista se enloquezca, pero debe haber un hilito para unirlo con los que estamos cuerdos".

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