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Tras dos años al frente de John Restrepo A. y Cía., una compañía que nació hace 55 años en Antioquia, su gerente, Orlando Jiménez López, comparte su experiencia en el sector de bebidas y licores, y explica, de manera general, los lineamientos de competitividad que tiene este mercado en el departamento, cuya cultura de consumo se mueve entre el gusto por los productos propios y el interés por los novedosos y modernos.
¿Cuál es el modelo de competitividad que tiene el sector?
“No solamente en Antioquia sino en todo el país, el sector de vinos y licores se ha dinamizado completamente y, en particular, en el tema de los vinos, que han venido abriéndose espacio dentro de los consumidores, porque tienen características que los hacen diferentes al resto de la categoría, al contribuir a la salud. En términos de competitividad, es un sector que se sobrepone a las dificultades, como la amplia tramitología. El acercamiento al consumidor es muy importante así como la eficiencia operativa en todas las áreas”.
¿Cuáles son las oportunidades que tiene el sector en Antioquia?
“Las oportunidades tienen que ver con la firma de los tratados de libre comercio. Ya está firmado y en ejecución el TLC con Estados Unidos, y estamos a las puertas de la firma del TLC con la Unión Europea, donde la fuente de abastecimiento estaría en España, Francia, y un poco en Italia”.
¿Se abren nuevas oportunidades a partir de las nuevas dinámicas de consumo?
“El consumidor cada vez tiende más a las compras vía internet, de ahí que se ha fortalecido toda la interacción con el consumidor final. A través de la página web cada vez se incrementan más las compras o por los call center, es decir, el consumidor está mucho más cerca del producto y del proveedor”.
¿Cuáles son las fortalezas del sector en Colombia frente a otros países?
“Hay algo que a los extranjeros les sorprende mucho y es que las fronteras entre los departamentos están limitadas. Es decir que mientras nos abrimos al mundo, internamente el sector no tiene movilidad entre departamentos. Por eso, más que fortalezas, tenemos todavía muchas oportunidades por desarrollar”.
¿Cuáles son esas oportunidades que se pueden desarrollar?
“Aplanar mucho más la tramitología, para que sea más expedita, por ejemplo, con una emisión de estampilla nacional en vez de una departamental, y movilidad entre departamentos. Eso nos ayudaría mucho a todos, porque tenemos gravados impuestos sobre impuestos”.
¿Cuáles son las ventajas que los alientan a continuar con este negocio?
“Justamente, el potencial de crecimiento. Es un sector que es muy incipiente, y que tiene amplias oportunidades de crecer. Nuestra competencia no son los otros distribuidores de licores, sino todo ese mercado que está por llegar a la categoría y que aún no lo ha hecho”.
¿Y cuál es el público objetivo?
“Todo público adulto, de todos los estratos, pues para cada ocasión y categoría hay un producto especial. Con el tema de vinos empieza a ingresar mucha gente en la categoría joven”.
¿Cuánto creció el sector el año pasado y qué se espera para este año?
“El sector de vinos y licores creció el 23 por ciento. Este año el crecimiento puede estar alrededor del 25 ó 30 por ciento”.
¿Cuáles son los productos de mayor consumo, y cómo son esas dinámicas de la cultura antioqueña a la hora de consumir una bebida alcohólica?
“En Antioquia el de mayor consumo es el aguardiente. Ha decaído el consumo del ron. Sin embargo, uno encuentra en diferentes segmentos y en diferentes estratos que el vino se abre campo”.