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Las lágrimas del portero Farid Mondragón tras la eliminación de Colombia a manos de Inglaterra en el Mundial de 1998 fueron premonitorias. Podrían haber sido la visión de los 16 amargos años que pasarían para que la Selección volviera a la élite del fútbol mundial. Al final, tras el empate 3-3 con Chile, lo consiguió de nuevo.
Colombia tuvo que padecer la ausencia de la generación del 5-0, que clasificó a tres mundiales consecutivos (90-94-98) y permitió recordar las gestas de la de Chile-62, cuando igualó 4-4 con la antigua URSS.
El recambio costó contradictores, el despido de técnicos, veto a jugadores y choque entre regiones. ¿Y dónde estaba el nuevo Pibe Valderrama ?, ¿habría otra Gacela Negra (Faustino Asprilla )?, ¿aparecería otro bombardero del gol? Todas, preguntas del ámbito del fútbol con respuestas a medias por lo que mostraban las nuevas generaciones. Nunca el nombre de un técnico extranjero cayó bien, pero después de procesos fallidos, ese fue el camino a elegir. Una ruta que hoy nos condujo a Brasil 2014. Fueron 46 los futbolistas que, con Leonel Álvarez en los primeros tres partidos, y con Pekerman, en el resto de la eliminatoria, hicieron realidad esa ilusión. Ahora, con esa camada estaremos en Brasil.