viernes
7 y 9
7 y 9
Nadie se imaginó la jugada que hicieron los Santos en la patada de comienzo de la segunda mitad. Esas cosas fueron las que los llevaron a ganar el Super Bowl de 2010.
Este domingo, acá en Medellín, también se vivió el partido más importante del fútbol americano, y un evento que congrega a millones de espectadores y de dólares.
Más de 35 personas nos reunimos en una terraza en Laureles, para ver el duelo entre Santos de Nueva Orleáns y Potros de Indianápolis.
Y aunque los favoritos eran los Potros, por tener a un jugador como Peyton Manning, su mariscal de campo, la mayoría de quienes estábamos en casa íbamos con los Santos, cada uno tenía sus razones. Yo, por ejemplo, soy hincha de los Rams de San Luis y siempre me voy con el equipo de la Conferencia Nacional (NFC), en este caso los Santos.
El domingo se vivió la fiesta en la forma como viven los estadounidenses el partido. Hubo comida, que fue un asado, cervezas, y la señal de televisión en uno de 42 pulgadas en la terraza de la casa. Allá llegaron casi todos los jugadores de los Lobos de Medellín, el equipo campeón nacional de fútbol americano.
Fue mucho más lúdico que técnico, la gente se emocionaba más, pero no se hablaba mucho de jugadas o tácticas. Solo que esa patada con la que comenzó la segunda mitad, que normalmente es larga y se hizo corta, sí fue lo mejor.
La otra emoción fue la intercepción de un balón de Tracy Porter en favor de los Santos, que terminó por enterrar a Indianápolis. Ahí se acabó el partido. Y casi todos, que estábamos con Nueva Orleáns, salimos contentos.
*Capitán y entrenador del equipo Lobos de Medellín