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Uso de la caña de azúcar como forraje
Juan Gabriel Fernández Delgado quiere saber acerca de la caña forrajera, sus ventajas frente al ganado de leche.
Responde Juan Gonzalo López Lopera, investigador Agrícola de Corpoica.
Cualquier variedad de caña de azúcar puede utilizarse como forraje. Sin embargo, se busca que la variedad tenga las siguientes características: alta producción de biomasa y de sacarosa (azúcares), precocidad, que sea blanda, no presente pelusa, buena recuperación después del corte y resistencia a las principales enfermedades, entre otras. Las variedades con la mayor parte de las características anteriores son: Republica Dominicana (RD) 75-11; Puerto Rico (PR) 11-41; Cenicaña Colombia (CC) 84-75 y Estación Palmira Colombia (EPC) 48-863. Las tres primeras se consiguen en el C.I El Nus de Corpoica y la EPC 48-863, llamada caña forrajera, prácticamente ha desaparecido. Para la siembra se recomienda preparar el suelo con labranza en zona de ladera (solo se prepara el sitio donde debe ir el material de siembra) y para zonas planas utilizar maquinaria agrícola. La distancia de siembra debe ser entre 0,80 y 1,20 metros entre surcos. El método debe ser a chorrillo y utilizar tallos que tengan una edad entre 7-12 meses y debe ser tratado con un funguicida y un insecticida en el sitio de origen del material para evitar la entrada de enfermedades y plagas a la finca. La fertilización se debe realizar con base en un análisis de suelo. El primer corte del cultivo se hace entre los 7 y 12 meses de edad, dependiendo de la variedad, manejo, suelos y fertilización, entre otros. Se puede esperar una productividad entre 100 a 200 toneladas por hectárea de caña integral (tallos y hojas).
En cuanto a valor alimenticio, la caña integral tiene una buena concentración energética por la cantidad de azúcares que acumula, con bajos niveles de proteína. Por eso hay necesidad de complementar con una fuente de proteína y puede ser un forraje arbóreo como matarratón, nacedero y margaritón. Además, tortas de soya, palmiste, ajonjolí, algodón y harinas de oleaginosas.
Otras fuentes de proteína son los subproductos de cereales, coma salvado de trigo, repila de arroz o de maíz y afrecho de cebada. De origen animal se tiene la harina de carne, de pescado y de vísceras, la gallinaza, la pollinaza, y la úrea.
Igualmente la caña integral (tallos y hojas) se puede someter a un proceso de ensilaje para mejorar su contenido de proteína y su digestibilidad para ser utilizado en rumiantes adultos como vacas, novillos, toros, ovejas y cabras. El ensilaje es una oportunidad de conservar la caña para utilizarla en la época más critica del año. La caña integral puede usarse picada o ripiada más una fuente de proteína en fresco, o también someterla a un proceso de secado o ensilaje. Reemplaza parcialmente el concentrado comercial. Aclaro que la base para la producción de leche o de carne es un buen pasto.
Es una buena alternativa para los productores paneleros que en época de bajos precios de la panela, utilicen la caña y sus subproductos en la alimentación animal. Obtienen otra fuente de ingresos, ya sea por la venta de la caña integral, seca, ensilada o porque se monte un programa de ceba en su propia finca.
Sus inquietudes referentes al manejo de cultivos y animales en su finca, diríjalas a EL COLOMBIANO, carrera 48 #30 Sur-119, en Envigado. Teléfono: 335 94 46, fax: 332 70 66 y correo electrónico: gustavor@elcolombiano.com.co