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Al salir del duelo, por no ser ISA la concesionaria de Autopistas de la Montaña, cuando ya se tenía un porcentaje grande de los estudios, se esperaba un arranque pronto de estas obras tan vitales para el país. ISA en el años 2008 se interesó e inició la estructuración del proyecto, cuyo animador era el ministro de la época, Andrés Uriel Gallego H., quien asistió a las reuniones iniciales que promovió la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia con el grupo Infraestructura para la Competitividad. Llegó el gobierno actual, hubo cambio de nombre al proyecto, de la Montaña, por la Prosperidad, y dentro del nuevo esquema de las 4G – luego de 6 años, comienza la adjudicación de las primeras concesiones.
El dr. Luis Fernando Alarcón, con el equipo de trabajo de ISA avanzó en estudios para las iniciales 4 Autopistas de la Montaña, la Cámara de Comercio de Medellín conforma el grupo "Infraestructura para la Competitividad", la Alcaldía de Medellín, la Gobernación de Antioquia, el Ministro de Transporte, la SAI, Fenalco, la CCI, Camacol, las Cámaras de Comercio de Antioquia – Aburra Sur – Oriente – Urabá – Magdalena Medio, asistieron oportunamente a las diferentes convocatorias, para de esa manera volver realidad lo que de tiempo atrás el país requería, para acortar distancias, ahorrar equipo y costos, para poder ser competitivos a nivel nacional e internacional.
ISA por su experiencia, capacidad financiera, manejo con excelencia de lo que administra, debió haber sido el concesionario estrella; lástima que se hubiera abortado esa ilusión y hoy el retraso de cuatro años lo estamos sintiendo y más en las regiones donde se ha sufrido el atraso en obras públicas de años atrás, además de la expectativa de creación de mano de obra y el número de empleo en zonas con alto grado de desempleo y pobreza.
Decían los viejos "La esperanza es lo último que se pierde", pues bien, a la fecha se han adjudicado dos de las nueve concesiones, con 147 kilómetros de un total aproximado de 900 kilómetros. Esas dos concesiones comenzarán construcción en el año 2015; las siete concesiones restantes con 750 kilómetros aproximados, están en estructuración de pliegos definitivos, en estudio y cierres financieros. El túnel del Toyo – Manglar – Cañas Gordas, se hará por obras públicas y el trayecto de Primavera – Camilocé por obra pública, y Bolombolo – La Pintada – La Felisa – La Virginia por concesión. Los trayectos actuales tendrán sostenimiento por parte de los concesionarios que salgan favorecidos.
Esperamos que el cambio de ISA por los nuevos concesionarios y el nuevo sistema de cuarta generación de concesiones tenga y traiga los beneficios que todos esperamos. Si bien Antioquia tendrá oportunidades de trabajo y mejoras en su infraestructura vial, posiblemente la más atrasada de Colombia, hay que reconocer que la conveniencia es para el país entero en costos, distancias y oportunidades. Queda la tarea de no abandonar lo actual en una región como Antioquia, donde las vías secundarias y terciarias hacen la comunicación oportuna entre pueblos productivos, que han llevado por años y tolerado una pésima infraestructura vial.
Le ha tocado al Urabá antioqueño –Eje Arboletes – Chigorodó - Transversal de las Américas -, vivir de expectativas por varios años, donde unos hablan de que no hay avalúos de los terrenos que se deben comprar para las dobles calzadas, otros, que no están los estudios ambientales. Otros opinan que no hay acuerdo con los municipios para hacer variantes y el más comentado es que no se tienen los recursos para poder ver el trabajo en las vías – Turbo - El Tigre en Chigorodó y poco Turbo – Necoclí. Ojalá con las expectativas que nos han ido halagando con las de la Prosperidad, antes de la Montaña, no nos ocurra lo mismo.
De todas maneras y con un retraso de 4 años, esperamos que Antioquia no siga viviendo de expectativas y que lo presentado por la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura) por medio del doctor Luis Fernando Andrade, su presidente, se vuelva realidad para que algún día, que no sea muy lejano, podamos los paisas transitar por vías seguras, modernas y rentables, como son en otros departamentos, y el país pueda mover su turismo y carga al Pacífico y al Atlántico adecuadamente.