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Los recientes llamados del Gobierno y el exministro Álvaro Leyva a anteponer las diferencias políticas en favor de la negociación del fin del conflicto vuelven a poner al expresidente Álvaro Uribe en el centro de la mirada política del país.
Cuando las negociaciones con las Farc en La Habana ajustan dos años y crece la polarización por las críticas mutuas, se suman voces que insisten en la necesidad de que se antepongan las diferencias políticas entre el presidente Juan Manuel Santos y el exmandatario para impulsar los diálogos.
Por eso, la expectativa hoy se centra en la respuesta de Uribe a la invitación del Presidente a reunirse para hablar con "sentido patriótico" y para "discutir los asuntos primordiales de la Nación, entre ellos el más importante: la paz".
También se espera su respuesta a la carta del exministro Álvaro Leyva, en la que le pide apoyar un cese el fuego entre el Gobierno y la guerrilla con verificación internacional, cuyo objetivo es frenar la confrontación militar para generar buen ambiente en el país frente al proceso.
Llamados a la unidad
A ese llamado a los dos dirigentes políticos a liderar una unidad nacional frente a la paz se une Clara López, presidente del Polo Democrático, partidaria de dialogar con la guerrilla.
En representación de los sectores de izquierda, señala que "la paz está por encima de diferencias personales y políticas y después de conocerse en los últimos días iniciativas del gobierno Uribe para buscar diálogos y un intercambio humanitario, se demuestra que hay más coincidencias de las que se ven superficialmente por el distanciamiento".
Sobre el protagonismo que adquiere Uribe con el llamado del Gobierno y el exministro Leyva con su iniciativa de tregua bilateral, la dirigente expresó que si se da un encuentro conciliador entre Uribe y Santos "aportaría un impulso al proceso de paz".
Pero advierte que también deben tener en cuenta al resto de fuerzas políticas para que la paz sea por consenso nacional sin exclusión".
Aunque el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo considera que muchas de las diferencias que dividen a ambos figuras políticas persistirán, "se pueden tramitar en un ambiente de mayor tranquilidad. El gobierno se ha mostrado abierto al conversar y quisiéramos tener mayor unidad para conseguir el propósito de la paz".
El exministro Álvaro Leyva insiste en que Uribe "representa a 7 millones de colombianos o más que tienen cuestionamientos respetables a negociar con Farc, pero urge frenar la polarización porque al final la paz no es para la guerrilla, sino para el país".
El acercamiento no será tarea fácil. El senador del Centro Democrático, Alfredo Rangel, dice que el debate sobre la búsqueda de la paz es necesario, pero respalda la posición del expresidente que "no es legítimo negociar el modelo político ni económico con un grupo terrorista sin representación política".
En alusión a la agenda del proceso de paz, Rangel retoma posiciones del uribismo para criticar que se "negocia" el desarrollo agrario con los verdugos del campo; la participación política con los primeros enemigos de la democracia, que asesinan alcaldes y gobernadores y la política antidrogas con el mayor cartel narcotraficante del país".