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Tras 13 años en el poder, Hugo Chávez trazó, a su modo, un rumbo para Venezuela. Pero más allá de que el gobernante siga contando con el apoyo de un amplio sector de los venezolanos, la férrea oposición y su salud, obligan a construir escenarios sin el mandatario a la cabeza.
Incluso en un informe del diario ABC de España, se aseguró que el mandatario no llegaría a los comicios del 7 de octubre si no se somete al tratamiento adecuado. Pero, ¿será la muerte de Chávez el único escenario posible para que en Venezuela haya un cambio político?
Humberto Montero, analista del diario La Razón de España, y quien ha seguido muy de cerca la situación venezolana, está convencido de que el cambio político no ocurrirá jamás en las urnas: "La muerte de Chávez es el único escenario para un cambio en Venezuela".
El analista sostiene que "las elecciones están cocinadas y sólo una hecatombe económica complicada con los precios del barril de crudo en ascenso daría vuelta a una victoria chavista".
Un pensamiento distinto tiene William Echeverría, del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela: "De no poder continuar como la cabeza del gobierno, Hugo Chávez tiene en su hermano Adán, la carta para prolongar su proyecto socialista". "Aunque no tiene el mismo carisma ni el mando de Chávez, se cree que fue Adán quien le adoctrinó", dijo.
Opinión que coincide con lo que reveló el fallecido analista político Alberto Garrido en su libro Chávez con uniforme. Allí relata cómo Adán organizó un encuentro entre su hermano y un comandante guerrillero que ayudó a forjar la ideología izquierdista del actual mandatario.
Además de su sucesor, surgen otros obstáculos si Chávez se va. Así lo plantea el profesor venezolano Ricardo Sánchez: "Los chavistas no se van a dejar quitar los Barrio Adentro, los mercales, el Cardiológico Infantil, las misiones y universidades como la Unefa".
El docente afirma que también habría que esperar la reacción de los trabajadores de Pdvsa y ver si están dispuestos a volver a trabajar para compañías extranjeras.
Estas circunstancias vaticinan un escenario de lucha, una oposición chavista dura, con marchas de sectores radicales y situaciones que podrían generar un conflicto armado.
Para Michael Shifter , presidente del Diálogo Interamericano, el mejor escenario sería en el que Hugo Chávez acepte sin reproches su derrota en las urnas, pero es pesimista respecto a que el mandatario asuma esa posición.
Sin embargo, la gran incógnita de la comunidad internacional es el verdadero estado de salud de Chávez. El primero que se atrevió a tocar el tema fue el médico Salvador Navarrete y, debido a sus declaraciones, el galeno tuvo que abandonar ese país.
Desde donde se encuentra, Navarrete sostiene que lo que le dijo al semanal Milenio de México, lo hizo para advertir a los venezolanos de una posible desaparición física del Presidente.
Aunque no quiso ahondar de nuevo en los pormenores del estado de salud del mandatario, indicó que todos los actores políticos deberían tomar previsiones para cuidar al país, para atender los cambios, para rescatar lo social y hasta para preservar los aspectos positivos del gobierno Chávez.
El exdiputado de la Asamblea Nacional, Wilmer Azuaje , disidente del chavismo, expuso los puntos que lo alejaron de Chávez y que un nuevo gobierno no debería repetir: "Él dice que hay que denunciar la corrupción, que si no lo hacen son cómplices". Pero para esto, continuó Azuaje, "Chávez debe gobernar con el ejemplo y hay sospechas de que él y su familia han adquirido fincas en Barinas con dineros públicos a través de testaferros".
Patricio Navia , profesor de política latinoamericana de la Universidad de Nueva York, plantea un escenario esperanzador: "Que la oposición haya puesto sus iniciativas personales al servicio de una causa común es bueno". Es consciente de que no será fácil construir una Venezuela sólida sin Hugo Chávez, pero no imposible.
Rómulo Amundarain, un venezolano que a causa de Chávez dejó atrás su país y se radicó en Colombia, dice que un chavismo sin su mentor, los chavistas se opondrían al nuevo gobierno, pero que divididos y sin un líder claro, su peso se desvanecería rápidamente.