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Es hiperactivo, habla fuerte y sin escrúpulos. “Soy hijo de la violencia”, dice y recuerda episodios que su memoria se niega borrar. Hoy quiere la Presidencia bajo el manto del uribismo y destaca su trayectoria, no solo como periodista, sino como fórmula vicepresidencial de Álvaro Uribe.
Francisco Santos Calderón está “en una situación incómoda”, porque por un lado, su primo, el presidente Juan Manuel Santos es su sangre; pero Uribe Vélez es su ‘sensei’. En tono contundente dice que es escéptico con el proceso de paz. Sostiene que “las Farc le han medido el aceite al presidente Santos” y recalca que su primo está ejecutando un “mal gobierno”.
¿Por qué cree que tiene posibilidades de ser Presidente?
Por mi trayectoria. Soy un hijo de la violencia. A mí me secuestró Pablo Escobar; creé País Libre, hice las marchas contra el secuestro, el mandato por la paz, el No Más. En el 2000 me tuve que ir de mi país porque las Farc me iban a matar. Regresé para seguir sirviendo como Vicepresidente. Aprendí del mejor profesor en gestión pública, en política, de ese monstruo financiero y conocedor del Estado: Álvaro Uribe. Esos ocho años fueron un PhD en política y gestión pública.
Y, ¿sus propuestas?
Propongo una nación federal, una reforma a la Justicia y una política industrial que defienda a la industria en el país que está desapareciendo, porque veo al presidente Juan Manuel Santos con una debilidad, desconectado. El país va para atrás en seguridad, en todo y no voy a dejar perder esos ocho años que estuvimos en el Gobierno y que le cambiaron la cara a Colombia.
¿Tiene el corazón partido porque por un lado apoya a Uribe y por el otro está su primo, que ostenta el poder?
No. Pero obviamente no es la posición más cómoda. Tengo clarísimo que por encima de la familia está el país y el país va de para atrás, está retrocediendo en todo sentido, en lo económico, lo social, en lo político y en seguridad que es la base de todo. Dejamos un país que confiaba en sus gobernantes y hoy desconfía totalmente. Por eso es que, a pesar de la incomodidad, estoy en esta carrera a la Presidencia y creo que este es el momento de retomar el rumbo.
¿Lo que usted advierte es que el gobierno del presidente Santos es malo?
Sí, sin duda alguna. El de Santos es un gobierno que no ejecuta, que recibió un carro lleno de gasolina, se la gastó y no sabe ni siquiera en dónde está la bomba. Es un gobierno que no tiene norte, que da bandazos, que le sacan un titular en un periódico y se asusta y cambia su posición. Que dejó la seguridad, que está mandando mensajes totalmente contradictorios con los industriales, con los agroindustriales, con los campesinos. Es un gobierno que llegó con las ideas de Uribe y gobernó con el partido que perdió: el Liberal. Es un gobierno francamente malo.
Se dice que el Presidente llegó al poder sin que nunca se hubiera hecho contar en las urnas. ¿Fue un error?
Hombre, yo creo que lo de Santos y lo de Gustavo Petro muestran un tema complicado, en el que la gestión pública tiene que ser algo que muestre cómo va a funcionar, cómo va a salir una cosa adelante. Juan Manuel fue un buen ministro de Hacienda y fue elegido obviamente con los votos de Uribe. Viendo su trayectoria en los ministerios en los que le fue bien, pensé que iba a ser un buen presidente. Me equivoqué, nos equivocamos los que votamos por él.
Como primo del Jefe de Estado, ¿la Presidencia era un ‘capricho’ para él?
Como una ambición absoluta. Se preparó tanto para ser Presidente y no para gobernar y ese es su gran defecto.
Dicen que al presidente Santos no le gusta que lo presionen con las vías de hecho, incluso, que siempre termina cediendo. ¿Eso es así?
Está demostrado que el Presidente cede a todo. A nosotros nos hicieron muchas marchas, pero nunca dejamos que se nos tomaran la carretera. El presidente Santos está desconectado del país, de las regiones. Le brincaron cacaoteros, camioneros, cafeteros y no demora en la frontera, por la crisis que hay con la devaluación de Venezuela. ¿Usted cree que se han anticipado? No, es un modelo de gobierno en el que volvimos a tener el virreinato de la Casa de Nariño, luego de ser un gobierno que trabajó en las regiones volvimos a ese gobierno centralista, cachaco, de coctel.
¿Cómo ve el proceso de paz?
Con mucho escepticismo. Siento que las Farc le han medido el aceite al Presidente y le van a sacar hasta la última lágrima. Todo de espaldas a los colombianos. A usted le parece que haya coincidencias en que hay acuerdos justo después de la encuesta en la que quedaba tan mal; usted cree que el viaje exótico de los parlamentarios a La Habana en ese mismo momento es casualidad, no. El Presidente está utilizando el proceso de paz como un instrumento político.
¿Usted tiene cómo pelearle la eventual reelección al presidente Santos?
Absolutamente. Vamos a tener, por lo menos, una tercera parte del Congreso y Presidente de la República y ese voy a ser yo, Pacho Santos.
Al principio usted tocó el tema de la violencia. ¿Las Farc van a seguir poniendo presidentes?
Eso es absolutamente absurdo, precisamente lo que los colombianos dijeron en el 2010 es que no queremos más de esto, por eso votaron. Ahí arranca el inicio de la desconfianza con Santos, en ese giro en ‘U’ que hizo y que se consolida con todo el tema del proceso de paz y vuelve a dejar al país al vaivén de la decisión de las Farc. Inaudito, impensable y gravísimo.
¿Qué va a hacer para cambiar esa imagen que hay de Francisco Santos vicepresidente, a veces, caprichoso y que se le salía de las manos a Uribe?
A mí no me interesa estar por fuera del presidente Uribe, soy uribista, no lo voy a negar. Creo en esa manera de ver el Gobierno que trabaja en las regiones, con la gente para la gente, tan así que quiero institucionalizarlo como un país federal. Quiero a Uribe en mi gobierno, asesorándome. Eso es como si tengo una empresa de tecnología y viene Bill Gates y me dice ‘oiga me deja ayudarle’ y le digo no. Eso fue lo que hizo Santos y si Uribe me deja lo nombraría Ministro de Defensa.
¿El expresidente Uribe va a encabezar lista al Senado?
Él ha dicho ‘si este gallo viejo tiene que volver al corral, vuelvo al corral’. A mí no me queda la menor duda de que Uribe va a estar ahí.