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HISTÓRICO
Zonas verdes entre el cemento
  • Zonas verdes entre el cemento |
    Zonas verdes entre el cemento |
POR MELISSA GUTIÉRREZ MORALES | Publicado

Las referencias de zonas verdes en Medellín casi siempre son las mismas; el Jardín Botánico, el Cerro El Volador y el Parque Arví.

Pero hay otros sitios no tan populares que también hacen de pulmones verdes en la ciudad o pueden servir de escenario para hacer deporte o para hacer un picnic. Nuestra Twittercrónica pasó por tres de estos.

En el Parque Ambiental La Frontera nos encontramos con un oasis de árboles que podemos recorrer gracias a unos cuidados senderos. Las flores, mariposas y pájaros más el sonido de la quebrada La Paulita, que bordea el parque, alejan el estrés de la ciudad.

Samir Radi va los jueves allí a hacer ejercicio. "Traemos pesas y tulas de boxeo que colgamos en los árboles".

Aunque nos encontramos varias personas transitando por los senderos, la sensación general es de soledad. Más si tenemos en cuenta que no hallamos vigilancia.

Seguimos en El Poblado hacia el sector de Santa María de los Ángeles, donde hay un parque ubicado detrás de la Casa Teatro El Poblado.

Rodeado de edificios, en este parque hay árboles grandes que dan sombra, alguno de ellos frutales. Pájaros de varias especies cantan, se alimentan y se refugian allí.

En nuestra visita vimos una persona trotando y otra paseando su perro, pero en las tardes el lugar toma más vida. Y los fines de semana es un lugar frecuentado por familias o grupos de amigos que van de picnic.

Del sur seguimos hacia el centroriente de la ciudad donde queda el parque La Asomadera en uno de los cerros tutelares de Medellín, entre las comunas 9 y 10.

Diferentes especies de árboles cubren este cerro por lo que abundan también las aves. Senderos, escaleras, quioscos y miradores hacen parte del mobiliario instalado allí, además de las canchas deportivas y las piscinas que administra el Inder.

"Es un lugar para venir a hacer deporte. Aquí vienen muchos niños y jóvenes, casi siempre son las mismas caras, ya nos conocemos" dice Juan Carlos Echavarría, habitante del barrio La Milagrosa quien visita La Asomadera con frecuencia.

En nuestro paso por allí, vimos un grupo de adultos en clase de natación, algunos niños y varios grupos de jóvenes. La piscina está encerrada por una reja y allí permanece un vigilante, pero en el resto del parque no hay supervisión o figuras de autoridad.

Doña Virginia Suárez trabaja en un quiosco donde vende mecato. "No abro los lunes porque hacen mantenimiento. Si el lunes es festivo, hacen mantenimiento martes". Y dice que los domingos es el único día que le va bien, porque el resto de semana es más bien solo.

De nuestro recorrido podemos decir que sí hay espacios verdes diferentes a los tradicionales, que están en buen estado, pero que hace falta vigilancia en estos valiosos espacios públicos.

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