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Cuando uno piensa en los museos, de inmediato le llegan a la mente el de Antioquia y el de Arte Moderno. Pocos saben que en el departamento hay más de 80 museos. Hay que decirlo: hay unos museos vivos, otros muertos y otros mantienen entre la vida y la muerte.
En las localidades, hay museos de casi todo: de historia, geografía, etnología, de la violencia, de la no violencia, de la memoria, de artes, de la Colonización, de los Abuelos...
Marta Lucía Villafañe, directora de uno de los más vitales de esa lista, el Juan del Corral, de Santa Fe de Antioquia, dice que para los “museos de provincia, en general, hay desamparo. Sufren vulnerabilidad, con inmensas dificultades para realizar su trabajo”.
La plata para los museos locales deben llegar, principalmente, de la Administración Municipal y del Ministerio de Cultura, mediante la formulación de proyectos.
En cuanto a los rubros del Municipio, “casi hay que arrodillarse ante los alcaldes, quienes, en general, tienen un gran desinterés por la cultura y son desconocedores de la importancia de los museos. Tal vez porque consideran que este asunto no les da votos o no sirve”.
Santiago Ortiz, director del Museo de la Universidad de Antioquia, quien ha hecho de director de la Red de Museos, por algunos años, lo mismo que el Museo que dirige, de padrino de la misma, describe el panorama de los museos municipales y de sus gestores con la siguiente expresión: “Como en todo, hay personas recursivas Y otras que no gestionan recursos para sus instituciones”. Y agrega que hay algunos museos que jalonan más que otros.
Destacó, como ejemplos de eficiencia, el Maja, de Jericó; el Juan del Corral, de Santa Fe; el de El Peñol, y el de Caicedo, de la No Violencia, este más por el entusiasmo que le ponen sus organizadores. Lamentó el desgreño administrativo que costó el cierre del de Guatapé.