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Unos terminan pasado mañana, otros la primera semana de junio; lo cierto es que se acabó el semestre universitario y la Gobernación de Antioquia no cumplió oportunamente con el desembolso de sostenimiento económico al que tienen derecho los becarios ganadores de Olimpiadas del Conocimiento, el cual les proporciona una estabilidad financiera para las necesidades académicas que se presentan.
Muy claro lo dice la ordenanza número 54 del 25 de septiembre de 2013: “Los estudiantes finalistas, uno por cada subregión, recibirán un incentivo económico para gastos que impliquen manutención escolar en sus estudios de educación superior, durante los tres primeros semestres de su carrera, se establece como subsidio un valor semestral fijo de 4 salarios mínimos mensuales legales vigentes, y se renovará siempre y cuando el estudiante continúe sus estudios y cumpla con los requisitos para obtener la beca”.
Juan Pablo Restrepo Lopera, estudiante de primer semestre de Ingeniería de Procesos en la universidad Eafit, ganador en la región Norte de las Olimpiadas del Conocimiento 2015, le contó a EL COLOMBIANO que aún no les han consignado.
“Nos hemos comunicado con la Gobernación y nos dicen que están reestructurando el convenio con el Idea, que esperemos, que tengamos paciencia. Nos tocó redactar un derecho de petición para tener una respuesta oficial; en el documento nos explican muchos temas menos el que nos interesa: la fecha en la que van a desembolsar”, dijo.
Para Zara Gallego Pineda, estudiante de primer semestre de Ingeniería Civil de Eafit y ganadora de las Olimpiadas en 2015, su desplazamiento diario, entre Bello y Medellín, le cuesta 7.000 pesos. Contando el material de estudio y otros gastos, en promedio se gasta 100.000 pesos semanales. Dinero que tiene que sacar de su bolsillo por no contar, hasta ahora, con el sostenimiento que le prometieron por ser el año pasado la mejor estudiante del departamento.
La gran ventaja de Zara es que vive con su familia en el Valle de Aburrá; sin embargo, hay otros ganadores de Olimpiadas que se vinieron solos a Medellín, desde sus regiones, para aprovechar su beca y no cuentan con nadie aquí que les ayude a amortizar su sostenimiento.
“Hay algunas materias en las que piden demasiadas cosas para los trabajos. Me he gastado, en materiales, para una sola asignatura, más de 600.000 pesos”, cuenta Valentina Vergara González, estudiante de Ingeniería Mecánica en Eafit, becaria de las Olimpiadas en 2014.
“Hasta ahora, con la matrícula no ha habido problema; sin embargo, nos da miedo que el día de mañana no le paguen a tiempo a las universidades y nosotros tengamos problemas para continuar”, enfatizó Juan Pablo un poco preocupado.
La angustia ya la vivió este año Sebastián Hincapié Henao, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), becario de olimpiadas desde el 2013.
“Al principio del semestre se me presentaron inconvenientes porque el encargado de nosotros (en la Gobernación) fue negligente, no se comunicaba con la universidad a tiempo. Me tocó enlazar a la UPB con la Gobernación y tramitar todo. Nunca me había tocado hacerlo; en semestres anteriores se demoraban, pero en este sí estuve a punto de quedar por fuera porque no se concretaba el pago de la matrícula en los tiempos que exige la universidad”, explicó Sebastián, a quien apenas le consignaron la cuota de sostenimiento hace dos semanas.