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En Antioquia, se promueve un acto cultural de resistencia de las negritudes, porque valoran su arraigo. Se resisten a desvanecer en la ciudad. Tienen reconocimiento de sus raíces.
Ese concepto es en el que trabaja John Carvajal, coordinador de Programas Públicos del Museo de Antioquia, y que hizo parte de la exposición ¡Mandinga sea! África en Antioquia, que ha promovido y en la que buscan hacer un viaje territorial y cronológico desde las costas del África occidental para llegar a este departamento.
Carvajal, agrega sobre el hoy de los afrodescendientes en Medellín que estos mutan con el ritmo de la ciudad, mimetizan sus tradiciones ancestrales, pero se revitalizan.
“Empieza a haber fusión, por ejemplo, en la gastronomía. Los hijos de los primeros migrantes, son los que hoy hacen mezclas musicales africanos con sonidos contemporáneos como el hip hop y el reggaetón”, explica.
El experto insiste que en la ciudad los afro siguen teniendo identidad cultural y ese es el propósito de su trabajo: “los peinados siguen siendo vigentes. Los chocoanos que trabajaban en minería escondían rutas, eran mapas. También guardaban pepas de oro e historias”.
Para Carvajal, quien ha estudiado la población afro durante años, la cultura en Medellín ha estado ligada a las negritudes. Por eso destaca como un acierto la creación de la subsecretaría de negritudes y la apertura, por parte de la Gobernación, de la Cátedra Afro, en la que se destaca el papel de las negritudes.
“Hoy los afro están ocupando cargos importantes, administrativos y académicos. No son marginados. Eso nos muestra que empezamos a entender que el racismo es una idiotez, porque gran parte de nuestra raza ha sido construida por ellos”, concluye.