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Capturado conductor acusado de fingir su secuestro para pagar fiesta en burdel
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*A las personas detenidas, que no han sido declaradas culpables judicialmente, se les reserva la identidad por presunción de inocencia. Artículo 29 de la Constitución Política de Colombia. FOTO COLPRENSA
10 de febrero de 2017
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El pasado 31 de enero comenzó la fiesta para Harold*, un conductor de 23 años de Medellín que hoy está detenido y acusado de tentativa de fingir su secuestro y exigir dinero para su liberación.
Aunque era martes, el joven usó el carro con el que trabajaba y sin el permiso de la propietaria -su jefe- fue rumbo hacia un prostíbulo del barrio Belén, en el occidente de Medellín, donde inició la fiesta.
El bacanal tenía mujeres hermosas y licor en exceso, ingredientes suficientes para que se prolongara por tres días sin que nadie se enterara. Y mientras Harold bebía, su jefe lo buscaba por toda la ciudad.
Según información entregada por la Fiscalía, el jueves 2 de febrero llegó la cuenta: 11 millones de pesos en bebidas alcohólicas y servicios sexuales que el joven no tenía cómo pagar. Mientras resolvía cómo obtener el efectivo, salió del lugar dejando como prenda de garantía el carro que no era de su propiedad.
Ese mismo día la propietaria del carro recibió un mensaje de Whatsapp en el que informaban que su conductor estaba secuestrado y le exigían 15 millones de pesos en efectivo a cambio de liberarlo y devolver el carro.
La mujer logró que le bajaran la exigencia a 13 millones de pesos y acordó entregarlos el pasado 8 de febrero en una vía pública de Belén, pero decidió acudir al Gaula de la Policía para instaurar la denuncia por secuestro.
A la cita llegaron tres hombres, los supuestos secuestradores, con el joven. Tras recibir el dinero, Harold intentó huir del lugar, pero los agentes del Gaula lo detuvieron junto a sus acompañantes.
La Fiscalía logró establecer que los supuestos secuestradores eran realidad empleados del prostíbulo que habían sido enviados por los administradores para recibir el pago de la deuda. Los tres fueron dejados en libertad sin que se les imputaran cargos de complicidad.
A Harold, en cambio, lo llevaron ante un juez y le imputaron el delito de tentativa de extorsión agravada. El joven no aceptó los cargos y fue enviado a prisión mientras se adelanta el proceso judicial en su contra.
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