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Tal como se había anunciado en la mañana de este martes, EPM comenzó el cierre de la última compuerta de Hidroituango que permitía el paso del agua a casa de máquinas, el corazon del proyecto. La maniobra comenzó alrededor de las 12:28 de la tarde.
¿Por qué se anticipó el cierre?
Ante la probabilidad de que la estructura de casa de máquina pudiera colapsar por la presión de agua y aire que se produjo tras el cierre de la primera compuerta, el pasado 16 de enero, EPM tomó la decisión de anticipar el cierre de la segunda compuerta este martes, a partir del mediodía.
Según explicó Jorge Londoño de la Cuesta, gerente de EPM, la proyección de la empresa era esperar hasta que se dieran las condiciones hidrológicas y técnicas para acabar de llenar el embalse hasta la cota 401, de tal forma que el caudal empezara a fluir naturalmente por el vertedero, sin afectar el caudal del río.
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Sin embargo, con los monitoreos adicionales de riesgo que se realizaron en las últimas semanas, y teniendo en cuenta la escasez de lluvias que actualmente se está dando en Colombia, el panel de expertos que asesora a la Empresa recomendó anticipar este cierre, especialmente para evitar mayores afectaciones que podría causar aguas abajo el flujo descontrolado del agua por la casa de máquinas.
Londoño explicó que cuando a comienzos de año se identificó una oquedad, o vacío, entre los túneles de captación 1 y 2, se decidió acelerar el proceso de cierre de las compuertas. En ese momento, se planeó el cierre de la primera, lo que se hizo de manera exitosa el pasado 16 de enero. La determinación, entonces, era que la otra compuerta se cerraría una vez el embalse alcanzará la cota 401 metros sobre el nivel del mar.
“Cuando hicimos el cierre de la compuerta dos pudimos identificar una situación que hasta ese momento no habíamos comprobado: la oquedad conectaba a los dos túneles. Antes del primer cierre, el agua entraba a presión, es decir, llenaba el 100 por ciento de los túneles. Al quitar el caudal se nos presenta no un flujo de agua a presión, sino libre o en cascada, lo que significa que por la captación 1 quedó entrando aire y agua”, aseguró Londoño.
Los riesgos
Con ese nuevo escenario, el equipo técnico analizó que esa presión de flujo libre por el cierre de la compuerta aumentó la presión sobre la bocatoma. “La diferencia de presiones (la del embalse y la de los túneles) aumentó el estrés sobre la estructura. Hicimos un análisis y la firma Integral nos entregó ayer los resultados y la conclusión es que mientras más suba el embalse, mayor es la diferencia de presiones, por lo tanto mayor el estrés en la estructura”.
De acuerdo con el gerente, ese resultado determinó la urgencia de cerrar la compuerta porque de fallar la estructura no se tendría el control de las aguas del proyecto. “Podría fallar de dos maneras, por flexibilidad que permite aguantar hasta la cota 401, pero si se corta, por cada metro que sube el embalse, hay mayor incertidumbre y mayor potencial de que esa estructura colapse. Analizamos las consecuencias, y si esta estructura colapsa, perdemos el control de las aguas, porque el agua entraría a casa de máquinas sin control y eso generaría un deterioro mayor en la estructura interna de cada de máquinas generando riesgo aguas abajo del proyecto”.
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El gerente agregó que la prioridad desde que se presentó la contingencia ha sido la vida por encima del tema ambiental y el mismo proyecto. “Cuando se decidió ingresar el agua por casa de máquina, se priorizó la vida. Hoy, ante esta situación estamos haciendo uso de ese principio de actuación por encima de la afectación al medio ambiente”, precisó Londoño.
Procedimiento
El proceso de cierre de compuerta se hará del mismo modo que el ocurrido el pasado 16 de enero. El primer impacto ambiental es que el río Cauca va a disminuir el caudal durante tres días, para lo cual se ha previsto un plan de contingencia, con el desembalsamiento del río Porce, que aportará aguas a la altura del municipio de Nechí.
Se calcula que el cierre de la compuerta va a tardar cerca de una hora. “Será más lenta porque aquí tenemos más caudal, que en la anterior, cuando era 350 metros cúbicos por segundo. Hoy hablamos de 460 a 470 metros cúbicos, por lo tanto el cierre se debe hacer más lento, para evitar menos consecuencias desfavorables”.
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“Tenemos fe de que esta es la decisión correcta, la vida de los colombianos está por encima de cualquier otro bien, y si la afectación al medio ambiente es reversible, vamos a trabajar de la manera más intensa para revertirla y compensarla en el mediano y largo plazo”, aseguró Londoño.