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Así fue la carrera de pequeños bólidos solares en Medellín

Un circuito en Medellín permite que los colegios pongan en práctica conocimientos en ciencia.

  • Desde las 8:00 a.m. hasta la 3:00 p.m. de ayer, 43 colegios vibraron con la carrera de pequeños vehículos solares que se llevó a cabo en el Parque de los Pies Descalzos. FOTO JAIME PÉREZ
    Desde las 8:00 a.m. hasta la 3:00 p.m. de ayer, 43 colegios vibraron con la carrera de pequeños vehículos solares que se llevó a cabo en el Parque de los Pies Descalzos. FOTO JAIME PÉREZ
28 de julio de 2018
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El Sol estaba oculto en las primeras horas del día de ayer, justo cuando estaba programada la cuarta edición del Circuito Solar EPM, que puso a competir pequeños vehículos con paneles solares elaborados por estudiantes de bachillerato en Medellín.

Incluso caían algunas gotas de agua en el Parque de los Pies Descalzos, pero ni la amenaza de lluvia mermó los ánimos de las barras de 43 colegios que se ubicaron a los costados de la pista de carreras, para animar a los equipos que representaban cada institución educativa.

Este año se inscribieron 225 propuestas, de las cuales fueron elegidas 60. En total 174 estudiantes, acompañados por 53 profesores y algunos padres de familia, provenientes de Bello, Copacabana, El Carmen de Viboral, El Retiro, Envigado, Guarne, Itagüí, La Estrella, San Pedro de los Milagros, Marinilla y Medellín. Era la primera vez que concursaron Jericó y Girardota.

Ambiente por las nubes

El gris del día fue diluyéndose. Hacia las 10:30 a.m. salieron los primeros rayos de Sol, pero desde antes la algarabía juvenil ya había dejado en un segundo plano el clima. Santiago Acosta, gerente de Desarrollo e Innovación de EPM, explicó que entregaron kits de materiales a los colegios que, además de los paneles solares, contaban con una batería para sortear la falta de radiación.

“La mañana sirvió para deshacerse de los mitos asociados a la movilidad sostenible. A la tecnología foltovoltaica no la paran ni las nubes ni la lluvia”, dijo.

En cada competencia se alineaban cinco equipos. En las pruebas más reñidas, el resultado tuvo que definirse por foto finish, ante la mirada de angustia de los jóvenes que esperaban ver en pantalla si habían ocupado el primer lugar.

Además del trayecto recto y liso, también hubo otro con una rampa de 15 grados de inclinación, una pista rugosa, una de sombra y finalmente la novedad del año: un circuito acuático que convirtió los vehículos en pequeños anfibios.

Un lugar para aprender

“Más que la competencia, la intención de este evento es el proceso formativo. Queremos enamorar a los jóvenes de la tecnología, para que en el futuro se interesen en esto y generen nuevos desarrollos en el tema de energías renovables”, indicó Acosta.

Y con esa premisa participaron los estudiantes, aunque algo de motivación había en el hecho de que los premios fueran unas lindas bicicletas: eléctricas, plegables y todo terreno.

Para inaugurarse en el evento, el colegio Neosistemas de Girardota llevó 107 alumnos. Compitieron con cuatro equipos que lucieron sus veloces diseños sobre la pista. “Llevábamos 20 días en pruebas, ensayando 20 carros de los que elegimos los mejores diseños. Esto sirve como un semillero de investigación que quizás nos hacía falta en la institución”, comentó el docente Luis Alberto Ríos.

Daniel Salazar y Miguel Ángel Arias, estudiantes de la institución educativa Yermo y Parres de Belén San Bernardo han participado en todas las ediciones del circuito y cada vez van mejorando el diseño de su vehículo.

“Desde la primera vez que concursamos armamos el carro con materiales livianos y reciclables como espuma, madera de balsa y tapas de plástico. Así puede tomar más velocidad”, anotó Salazar.

Con cada edición, los equipos aprenden de los errores, de la frustración de ver cómo su vehículo pierde una rueda en medio de una prueba, y cada año los diseños mejoran.

Acosta reveló que, por ejemplo, ahora casi todos los pequeños bólidos tienen instaladas dos ruedas en los costados para evitar que se queden estancados en las paredes de los carriles de la pista.

Otra clave, detectada por Tatiana Bedoya, estudiante de la I. E Juan Nepomuceno Cadavid de Itagüí, fue que para mejorar el desempeño del cochecito el panel solar no debe tener ningún grado de inclinación. Así, horizontal, recibe mejor la radiación.

“También nos dimos cuenta que en la parte donde va el motor se deben poner ruedas pequeñas, y eso aumenta la velocidad”, señaló.

Esas mejoras quedaron en evidencia cuando el carro con el que concursaron superó con gran rapidez la rampa de una de las pruebas, rebasó a otro vehículo, y ubicó a su equipo en el primer lugar mientras la barra del colegio estallaba de emoción.

Tampoco hubo problemas cuando llegó el momento de convertir en anfibio el vehículo del equipo de Tatiana, pues para eso tenía una base de icopor con la que flotó por el trayecto, y unas hélices en las ruedas que ayudaron a impulsarlo hasta la meta.

Volverán

Así como Neosistemas, otros colegios que vibraron por primera vez en el circuito anunciaron que regresarán el próximo año.

Acosta agregó que otra motivación para volver es que los ganadores acceden a la Feria de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, desarrollada en Medellín por EPM y que puede ser el preámbulo de la participación en eventos internacionales (ver Informe).

“Si a uno le gustan estos temas, creo que no se puede dejar pasar este tipo de actividades. No hay mejor lugar para aprender y compartir experiencias”, soltó Bedoya antes de unirse en un abrazo con sus compañeras.

174
jóvenes compitieron en la cuarta edición del Circuito Solar EPM en Medellín.

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