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La visión del cielo de los barrios El Pinal y el Trece de Noviembre cambiará para siempre desde agosto cuando comience la instalación del componente electromecánico (cableado y cabinas) de la futura Línea M del sistema masivo.
La divisa, desde esa azotea en el centroriente de Medellín, estará adornada por 47 góndolas que le darán vida al quinto metrocable que volará en el horizonte de la ciudad.
La operación de esta línea, la segunda que está integrada al tranvía de Ayacucho, debía haber comenzado a la par de la Línea H, cable de La Sierra, en diciembre de 2016. Sin embargo, fallas constructivas en Miraflores, la estación inicial del cable, modificaron el cronograma inicial, tanto, que el Metro presupuesta comenzar el servicio en el primer trimestre de 2019, es decir, con al menos dos años de retraso.
Este proyecto de infraestructura beneficiará a 135.000 personas de la comuna 8 – Villa Hermosa y concluirá la Línea T-A del tranvía de Ayacucho, que aún no está completa desde su puesta en marcha en octubre de 2015.
En febrero de 2015 los muros uno y dos de la estación Miraflores sufrieron desplazamientos y fisuras, problema que modificó el cronograma inicial de la construcción.
Un peritaje de la firma Bureau Veritas, contratado por el Metro, determinó que los problemas en la estructura obedecieron a fallas en el diseño. El problema obligó a demoler y a rediseñar el muro dos de esa estación, no solo punto de integración con la Línea M, sino garaje de vehículos tranviarios y de cabinas.
“Las fallas en el diseño del muro dos obligaron a replantear el diseño de la estación, por eso se volvió a iniciar la ejecución del proyecto”, dijo Antonio José Toro Quijano, profesional de la Gerencia de Planeación del Metro.
Por los perjuicios ocasionados, la empresa de transporte demandó a las firmas Idom, diseñador; al consorcio CCC-Sytecsa, supervisor de diseños; y a ATI Ayacucho, como director y supervisor técnico del proyecto, por 12.598 millones de pesos.
El proceso judicial está en el Tribunal Administrativo de Antioquia y actualmente corren los términos para la contestación de la demanda por parte de las firmas requeridas.
Bernardo Alejandro Guerra, concejal que lidera una comisión accidental sobre obras inconclusas en Medellín, dijo que las fallas de diseño en los muros de Miraflores generaron problemas graves que frenaron la puesta en servicio de esta línea del sistema masivo.
“Los atrasos van para tres años. Al igual que en otras obras de la ciudad, como la biblioteca España, algunos parques biblioteca y dos estaciones de Metroplús (San Pedro y Universidad de Medellín), hay preocupación porque son soluciones importantes para las zona de influencia. Este es otro de los rezagos por problemas de diseño”, opinó.
La construcción del metrocable tiene un avance total de 81 %. El Pinal, estación intermedia, y el Trece de Noviembre, estación final, ya están culminadas; mientras que Miraflores, el punto de integración y donde se han presentado los problemas constructivos, registra 33 % de avance. Diez de las once pilonas, que componen los 1.025 metros lineales del cable, ya están erigidas. Solo falta la pilona uno, en la estación de Miraflores.
Según el cronograma del Metro, en agosto comenzará la ejecución del contratista del componente electromecánico, que es la firma francesa Poma.
Entre septiembre y octubre será tendido y templado el cable y puestas las telecabinas y, en diciembre, concluirá la obra civil. La operación instructiva, aquella para que la comunidad aprenda a utilizar el sistema, empezará en el primer trimestre de 2019.
A comienzos del año la obra tuvo otro tropiezo. Toro Quijano explicó que “hubo necesidad de cambiar el contratista de la obra civil y la interventoría. No quisieron continuar el proyecto, estaban solicitando unas condiciones diferentes a las contractuales y no aceptaron la prórroga del contrato. Por eso salimos a una nueva licitación el 5 de enero pasado. El 1 de marzo se firmó acta de inicio y se reanudaron actividades”.
Además de la obra de infraestructura, el proyecto comprende urbanismo, adecuación de andenes, redes camineras entre las comunas ocho y nueve, dos canchas deportivas, una bibliometro que opera desde el año pasado en la estación El Pinal y un centro de cómputo que se implementará en el Trece de Noviembre.
Ver las cabinas del vecino cable de La Sierra bambolearse en lo más alto de la zona centroriental de Medellín desde diciembre de 2016, amainó la esperanza de los habitantes de El Pinal y el Trece de Noviembre de ver su metrocable en funcionamiento.
Marlen Andrea Restrepo, presidenta de la Junta de Acción Comunal de este último barrio, contó que el retraso en la obra “fue desilusionante. La última vez nos dijeron que arrancaba a mediados de este año. Se regó la ola y no pasó nada. Le solicitamos al Metro que esta vez se cumplan los plazos, que no nos sigan ilusionando, estamos esperando el metrocable con ansias”.
César Cuartas, líder comunitario de El Pinal, dijo por su parte que la inminencia de la llegada del sistema reactivó el embellecimiento de las zonas aledañas a la estación, la apertura de locales y restaurantes y el comienzo de construcciones. “Se debe mantener contacto permanente con la comunidad para que no se rieguen chismes, ni haya teléfono roto, sino que tengamos información de primera mano”.
Una habitante del Trece desde hace 40 años, Marina Osorno, comentó que la obra “está como demorada. Va para varios años de estar ahí, pero será beneficio para todos, ya solo necesitaremos un pasaje”.
Gilma Quiroz, vecina de Marina, recordó que cuando llegó a esa media loma solo había “manga, volcanes y pantano. Uno salía de la casa y se demoraba una hora para bajar al Centro”. Comentó que ha visto el “progreso” de su barrio y que está contenta por la operación del cable “porque mis nietos se demorarán menos para ir y volver a la casa”.
Juan Correa Mejía, jefe de Gestión Social del Metro, dijo que los reclamos de la comunidad disminuyeron cuando empezó a funcionar la biblioteca en El Pinal. “Había que darle un tiempo de espera por temas técnicos. Pero la bibliometro, junto a la intervención social, demostró que la esperanza estaba viva”, concluyó.