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En diez años de labor en favor de las mascotas en abandono, la Fundación Orca les ha devuelto “la vida” a más de 2.500 perros y gatos de Medellín y del Valle de Aburrá.
Animales que han llegado a esta entidad en situación de riesgo, enfermos, algunos andando por las calles con las costillas visibles de padecer hambre y frío o heridos de gravedad y en peligro de muerte, y han hallado allí las manos salvadoras que los han sanado, alimentado y al final entregado a una familia.
“La mayoría llegan en estado es de vulneración, pueden estar aporreados, golpeados, atropellados o ser crías de una perra callejera”, cuenta Marcela Díaz, una joven mujer que hace dos lustros creó la fundación motivada por su amor a las mascotas y el deseo de ayudar a sacarlas de las calles y evitarles sufrimientos.
Cada atropello visto, cada reporte de un animal golpeado o maltratado, es para Marcela como una puñalada a su corazón y por eso, a pesar de los sacrificios y desvelos, ella no dejó que Orca cayera o cerrara sus ayudas, aunque llegó a sumar deudas de hasta por más de 20 millones de pesos.
En esas crisis fue que se ideó la Orcatón, una jornada que se realiza en julio y en la que las personas donan recursos para su sostenimiento. Además, inició la edición de un calendario anual, con las fotos y las historias de los perros y gatos abandonados y en espera de adopción, el cual se entrega al público a cambio de una donación en dinero.
“Hemos pasado momentos duros, la cuenta de la fundación está casi en cero, pero eso nos anima a trabajar más fuerte”, dice Marcela.
Según sus cuentas, sostener cada animal -perro o gato- cuesta cerca de $250.000 al mes. Incluye esterilización, vacunas, alimentación y servicios veterinarios. Una persona que adopta un ejemplar debe donar $70.000.
Pero igual que Marcela, Angela Reyes, de la fundación Los Ángeles, también trabaja en defensa de los animales maltratados. Ya son 18 años de labor en los que su mayor recompensa es cada adopción.
“Hoy tengo 130 mascotas en una finca en Barbosa, pero me subieron el arriendo (actualmente es de $3 millones), no puedo pagar más y debo desocupar”, afirma Ángela, cuya opción de vida es la protección de los animales.
A ella, cada ejemplar le cuesta $100.000 mensuales. Se financia con donaciones de benefactores; con el Plan Padrino (las personas aportan para el sostenimiento de una mascota); con empresas que le donan productos para ella venderlos; y con rifas.
“Ha mejorado la cultura del buen trato, pero falta educación en el tema de la esterilización, hay mucho comercio de mascotas y por eso se da tanto abandono”, señala Ángela, para quien proteger animales ayuda a ser mejor persona.
Pero Orca y Los Ángeles de Reyes son solo dos de las muchas fundaciones que en Antioquia ayudan a las mascotas.
Paola Pineda, de Donatón por los animales, una organización que se creó en 2015 con el fin de recoger fondos para ayudar a esta causa, señala que en el momento apoyan a 101 de esta instituciones.
“No tenemos un refugio, nuestro aporte es organizar, al año, una donatón en la que recogemos dinero y concentrado y los llevamos a las fundaciones”, señala Paola.
En la última actividad se recogieron 25 toneladas de concentrado y $80 millones, de los cuales $60 millones se destinaron al pago del alquiler de un pabellón en Plaza Mayor durante tres días.
Libres -dice- quedaron $8 millones que se destinaron a realizar jornadas de esterilización en pueblos de Antioquia.