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Las cajas con libros y las estanterías retornaron a la sede principal de la Biblioteca Pública Piloto, en el barrio Carlos E. Restrepo de Medellín. El mobiliario, listo para desempacarse, da cuenta de que falta poco para su reapertura, luego de un proceso de repotenciación de la infraestructura, adecuación de salas y creación de nuevos espacios, lo que ha tomado más de dos años.
Shirley Milena Zuluaga Cosme, su directora, dijo que la biblioteca estará disponible en su totalidad entre noviembre y diciembre, pero que los servicios de acceso a las colecciones, programación cultural y actividades de promoción de la lectura están en funcionamiento en las sedes y filiales de la Piloto.
Sin embargo, agregó que la biblioteca viene entregándole a la ciudadanía espacios desde septiembre. Primero, inauguró la librería del Fondo de Cultura Económica y, en octubre, se puso a disposición de la comunidad un hall bajo techo que permite a los visitantes asistir a la exposición fotográfica “Luz, química y agua de lluvia”, además de utilizar una sala abierta multipropósito o simplemente espacios para leer.
Si bien en julio de 2018, Zuluaga Cosme le dijo a EL COLOMBIANO que la biblioteca estaría a disposición del público los primeros días de septiembre, explicó que en este momento continúan con las obras complementarias, el traslado de las colecciones y su organización en las estanterías.
La repotenciación y la etapa de obra civil ya ha finalizado y, según Zuluaga, los dos factores que han retrasado la culminación del proyecto son el traslado de todos los soportes bibliográficos y las certificaciones de las distintas redes del edificio: la red de voz y datos, contraincendios, hidrosanitaria y eléctrica.
Las instalaciones de la Biblioteca Pública Piloto comienzan, poco a poco, a ocuparse de nuevo. Hasta el hall llegan algunos lectores para revisar la prensa todos los días y las universidades vecinas han llevado sus clases hasta el aula multipropósito.
Susana Patiño, estudiante de la Universidad Pontificia Bolivariana, es una de las visitantes que recientemente acudió a la Piloto para conocer, como parte de una actividad académica, la exposición fotográfica “Luz, química y agua de lluvia”.
La acompaña su padre, Jaime Patiño, quien recuerda su paso por la biblioteca cuando era bachiller, no había internet y la búsqueda de material bibliográfico se hacía por ficheros clasificados en orden alfabético. Ahora la Piloto está más cambiada, dice, o modernizada. Celebra la librería y agrega que será un lugar de encuentro para los colegios.
“Supe que la estaban remodelando, pasaba por aquí y veía los trabajos. Luego mi hija me contó que ya habían abierto una sección”, expresó.
Carlos Andrés Hernández, estudiante de la Universidad de Antioquia, agregó que hace una semana acudió a la biblioteca para avanzar en sus estudios. “Pero, cuando llegamos, nos topamos con que las obras no habían concluido. Se nos ofreció acceso a la sala Antioquia, pero el ruido es insoportable. Encontramos abierta la nueva librería del Fondo de Cultura Económica, pero por esos días no prestaba servicio porque la lluvia había dañado el tapiz del suelo”, dijo Hernández.
El concejal Jaime Cuartas indicó que, desde el inicio de las obras, tuvieron conocimiento de que era un proceso largo y complejo por tratarse de la restauración de un bien patrimonial. “No deberían permitirse los retrasos en las obras, eso es defraudar la confianza de los ciudadanos, quienes están esperando la biblioteca. Pero, a pesar de eso, no es un retraso grave”, explicó.
A punto de terminar las obras, el objetivo es que la Piloto sea referente internacional y epicentro del Sistema de Bibliotecas. Para el concejal, la repotenciación permitió que se adecuaran los espacios de manera más ambiciosa, con un lugar para eventos culturales y a a la altura de una biblioteca contemporánea.