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El ojo de poeta, una flor bella pero dañina para el ecosistema local

Es una de las 35 plantas invasoras del país. Afecta a todo el altiplano del Oriente antioqueño.

  • La corporación ambiental Cornare señaló que el ojo de poeta se pega a prácticamente todas las plantas. Es común verla en los cercos de parcelaciones en bordes de carretera. FOTO CORTESÍA
    La corporación ambiental Cornare señaló que el ojo de poeta se pega a prácticamente todas las plantas. Es común verla en los cercos de parcelaciones en bordes de carretera. FOTO CORTESÍA
28 de marzo de 2018
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Por la belleza de sus hojas anaranjadas y de pistilo oscuro, muchos campesinos la usan para adornar los jardines o cercos de sus fincas. Se la conoce como ojo de poeta o susanita de ojos negros, pero por muy hermosa que pueda parecer, es una de las 35 plantas exóticas invasoras que se enredan en la vegetación y ahogan a las especies nativas, según el Instituto Von Humboldt.

Crece sobre todo en territorios con altitudes entre 2.000 y 2.200 metros sobre el nivel del mar, por lo que casi no se da en gran parte de Medellín, pero que afecta al corregimiento de Santa Elena, al 100 % del altiplano del Oriente antioqueño, y a los municipios del Norte de Antioquia.

“Llegó introducida de África y Europa, donde quizás no afecta las especies de allá, pero que aquí se enreda en árboles y plantas y les roba los nutrientes, no deja que crezcan, lo cual puede afectar los cultivos locales”, explicó Elsa Acevedo, coordinadora del grupo Bosques y Biodiversidad de Cornare.

Para muchos que la pueden observar a los costados de varias carreteras se ha vuelto parte del paisaje, pero para la autoridad ambiental, que ya había lanzado una primera alerta en 2015, hoy en día es vital erradicarla.

En el Oriente antioqueño es común encontrarla en los municipios de Rionegro, La Unión, El Retiro, La Ceja, El Carmen de Viboral, El Santuario, Guarne y San Vicente.

Por otro lado, en la jurisdicción de Corantioquia, donde también hay localidades propensas a la presencia del ojo de poeta, afecta además de Santa Elena y Parque Arví a Enterríos, Donmatías, San Pedro de los Milagros y Santa Rosa de Osos.

Según Cornare, aparte de afectar la vegetación nativa esta planta también puede aumentar la frecuencia de incendios y servir como puente para que se propaguen elementos tóxicos para la fauna silvestre.

El año pasado Corantioquia sensibilizó a cerca de 220 campesinos en Santa Elena para explicar los efectos del ojo de poeta.

“Hemos hecho varios estudios y llegamos a la conclusión de que la mejor forma para erradicarla es hacerlo manualmente y retirarla del suelo para evitar que suelten más semillas”, comentó Luz Adriana Molina, subdirectora de Ecosistemas de Corantiquia.

En abril comenzará una campaña de Cornare en el Oriente antioqueño para acabar con el ojo de poeta, y Corantioquia informó que en el segundo semestre se trazará una ruta para hacer lo propio en los municipios afectados de su jurisdicción.

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