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En manos de la asamblea estudiantil de la Universidad de Antioquia quedó la misión de fijar los derroteros para la elección de su representante en el Consejo Superior Universitario (CSU), ante la decisión de las directivas de declarar desierto el proceso de elección, que fue aplazado para el año 2018.
De tres planchas que aspiraban ser elegidas para el cargo, ayer al amanecer solo quedaba una, pero promediando la mañana, la pareja -conformada por Luis Felipe González Ossa y Pablo Esteban Montoya- retiró la candidatura, lo que dejó las opciones de elección en cero y ya no tenía sentido realizar las votaciones, que estaban programadas para realizarse hoy.
Las otras dos planchas declinaron su aspiración entre el jueves y el viernes pasados, debido a que los estudiantes que las integraban no hallaron un ambiente ideal para participar en un proceso que estuvo precedido de debates, en los que la asamblea estudiantil no se sentía identificada con ellos ni sus propuestas.
El secretario general de la Universidad, David Hernández García, explicó que dadas las renuncias de los aspirantes, a la institución no le quedó otro camino que aplazar la convocatoria para 2018.
“Desde que se hizo pública la acreditación de las planchas hasta la mañana de hoy (ayer), una a una fueron renunciando, lo que derivó en la obligación del rector, Mauricio Alviar, de declarar desierto el proceso”, dijo el funcionario.
Precisó que si bien no conoce con exactitud las razones de las renuncias, las cartas en las que los representantes anunciaron sus retiros dejaron entrever que adherían a las decisiones de un grupo representativo de estudiantes agrupados en la asamblea estudiantil, en el sentido de que ellos mismos definirían los mecanismos para regular a su representante en el CSU.
En términos generales, se puede decir que los aspirantes renunciaron porque no tenían un ambiente favorable para ejercer el cargo en caso de ser elegidos, pues la asamblea, en los debates previos, cuestionó la falta de mecanismos de veeduría y control hacia ellos e incluso expresó, ante el rector, que el representante estudiantil sería una ficha en su aspiración de ser reelegido en el año 2018.
“En el marco de la democracia, no tenía sentido que una universidad con 42.000 estudiantes solo tuviera una opción para elegir a su representante”, explicó Luis Felipe González Ossa, estudiante de maestría en Ciencia, Innovación y Tecnología. Añadió que la elección también implicaba un posible cese de actividades, que sería inconveniente para la universidad, que apenas lleva 15 días de iniciar clases.
Esteban Jaramillo Vargas (que hizo fórmula con Juliana Betancur, ambos estudiantes de Comunicación Social) señaló que cuando el rector Alviar aclaró que si ganaba el voto en blanco las elecciones se aplazaban para 2018, prácticamente sintió que quedaban cerradas las posibilidades de que alguna de las planchas ganara.
“Hasta ese momento (jueves en la mañana), la Asamblea no tenía claro qué hacer: si abstenerse de votar, sabotear o ignorar el proceso, pero con lo dicho por el rector les quedó claro que el camino era el voto en blanco y se sentía que esa opción iba a ganar”, expresó Esteban, que valora la amplia participación del estudiantado en un proceso que lleva 14 años dilatándose.
Santiago Vélez Villegas, estudiante de Sociología (que hizo pareja de plancha con Emel Pacheco, de Medicina) siente que el momento para la elección del representante estudiantil era este año, pues 2018 será más complejo, ya que habrá elecciones al Congreso, presidenciales y de rector y el proceso se puede politizar.
“Vamos a participar activamente en la construcción de los procesos de veeduría y control de la figura para llegar a un acuerdo”, señaló Vélez y valoró el ánimo estudiantil de recuperar su representación en un órgano directivo tan importante como el CSU.
El secretario general de la Alma Máter aclaró que la fecha de la convocatoria para 2018 no está definida.