<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

La tarea de salvar vidas en zoológicos antioqueños

Santa Fe y Parque Nápoles invierten más de $1.100 millones al año en cuidar especies. Ciencia para animales.

  • La tarea de salvar vidas en zoológicos antioqueños
  • La tarea de salvar vidas en zoológicos antioqueños
  • La tarea de salvar vidas en zoológicos antioqueños
La tarea de salvar vidas en zoológicos antioqueños
03 de enero de 2019
bookmark

Son joyas preciadas. Habitantes consentidos que por sus delicados estados de salud, avanzadas edades y condición de extinción merecen una atención rigurosa y especializada. En dos zoológicos antioqueños, y otro de Córdoba, no escatiman esfuerzos y con experticia, tecnología y recursos económicos preservan las vidas de animales exóticos.

Los mueve el compromiso con la biodiversidad del país, y del mundo. Quizá desestimando el riesgo de lidiar con especímenes salvajes y sobreponiéndose a las muertes de estos seres, a los que dedicaron horas, días de cuidados médicos, análisis científicos y mucho amor. Eso tan impredecible nunca ha sido impedimento para mantener la fe de sus cuidadores en perdurar las vidas de osos, elefantes, leones y decenas de aves.

Sucedió recientemente con Vera, una de las cuatro rinocerontes blancos que quedan en Colombia. Llegó al Parque Hacienda Nápoles, en el Magdalena Medio de Antioquia, hace 10 años, tiempo en el que le suministraron, a diario, suplementos vitamínicos, analgésicos y le practicaron exámenes de rigor, con tecnología de punta, nada alejado a los que se le hace a un humano. El pasado 1 de diciembre murió, a una edad estimada de 55 años.

Se recuerda a Tyson, el león del Zooparque Los Caimanes, en límites de este departamento con Córdoba, y un caso de medicina veterinaria emblemático a nivel mundial: en 2005 le fue realizada, en el CES de Medellín, y por profesionales de esa universidad, una cirugía maxilofacial. Sufría fracturas en la mandíbula por las astillas de los huesos de animales que se comía. Un cáncer esparcido por todo el cuerpo terminó por matarlo.

Preservar las especies

Alimentar a un tigre bengala o tomarle muestras de sangre, dos veces en la semana, a un bisonte de 300 kilos de peso, son misiones más que para valientes, labores que requieren de una inmensa vocación.

Catalina Díaz, coordinadora de Fauna y Flora del Zoológico Santa Fe de Medellín, lidera el grupo encargado de hacerlo y comenta que, para que sean procesos exitosos y alejados de riesgos, debe haber una sinergia especial entre cuidador y animales.

“Los cuidadores, que hacen parte del equipo de operadores, alimentan, monitorean, limpian y entrenan a los animales. Esto es fundamental para que vivan con menos miedo hacia las personas y sean más fáciles de manejar, por ejemplo, al momento de transportarlos y entregarles medicamentos”, comenta.

En el Santa Fe, que se sostiene con el recaudo de lo que pagan los espectadores para ingresar, no se limitan a exhibir los 1.000 animales de 161 especies. También se hacen programas de reproducción, rehabilitación, reintroducción y liberaciones seguras.

“Cuando reproducimos animales vinculados en un programa de reintroducción hay una autoridad ambiental que nos da permiso para la liberación y se tiene un proceso de coordinación al involucrar factores sociales con la comunidad (que las especies no estén amenazadas)”, dice Díaz.

Destaca que en el zoológico, único en Medellín, también reciben individuos víctimas del tráfico ilegal, que son rehabilitados y se les enseña cómo actuar en vida silvestre. Luego se liberan.

Y es que como el Santa Fe, Nápoles y el Zooparque se han convertido a través de los años en más que lugares de diversión para la comunidad. Son centros en los que la ciencia está puesta en función de los animales, recuperarlos y conservarlos.

Para Javier Guerrero, coordinador de Fauna del Parque Hacienda Nápoles, y líder de un equipo de siete expertos, trabajar con animales es más que un negocio. Implica el reto de mantener las especies.

“Los tigres, leones, pumas, entre otros animales, no están en cautiverio en este lugar. Se mantienen controlados en el espacio que se encuentran y gracias a eso se han logrado reproducir”, explica.

Precisamente, el más reciente logro en este parque de cerca de 3.000 hectáreas, revela Guerrero, es el nacimiento de una cría de jaguares. “Logramos la reproducción de tigres y suricatos. Ahora parece que la hembra de elefante está preñada, pues a falta de exámenes (para no estresarla) no muestra calores y hace 14 meses fue montada”, acota.

Cuidado millonario

Mantener sanas las colecciones de individuos en los dos parques privados de Antioquia requiere una inversión millonaria.

Nápoles, con 720 animales, revela Guerrero, les cuesta 24 millones de pesos al mes, es decir, 288 millones de pesos al año, solo en comida. El valor de los tratamientos médico-veterinarios, dice, es aparte e incalculable y variable. “Solo Vera nos representó en la última etapa una inversión de 30 millones de pesos”, comenta.

Por su parte, Díaz, subraya que en el zoológico Santa Fe se invierten cerca de 900 millones de pesos al año en nutrición y dieta de las especies.

“Se cree que la función de un zoológico es solo alimentar los animales y limpiar los cubículos. Pero la cantidad de conocimiento sobre las colecciones vivas en Colombia es enorme y aprendimos a potenciarlo para beneficiarnos de esa diversidad”, aclara.

Añade que hay animales que tienen necesidades que hacen que su cuidado sea más dispendioso. Por ejemplo, las ranas, que solo comen insectos pequeños y vivos.

“Por eso tenemos que reproducir nuestros propios insectos en un laboratorio de cría de mosca de la fruta. Es un trabajo extra que vale la pena, porque las ranas son una parte importante de la diversidad de Colombia, muchas son endémicas y están amenazadas”, explica.

También, anota Díaz, tienen aves en peligro de extinción a las que les proporcionan nidos y les monitorean los huevos. “Contamos con incubadoras especiales, con ciclos de temperatura y que rota los huevos automáticamente cada cierto tiempo”, dice.

Agrega la bióloga que una vez los polluelos nacen, personal capacitado los alimenta a mano con títeres similares a la especie, “para que aprenda de qué especie es y no se acostumbre a recibir comida de los humanos”.

El cálao es un tesoro

En los tres parques, los animales en etapa geriátrica representan mayor cuidado y, por ende, más inversión. La expectativa de vida de estos, enfatiza Díaz, se alarga en estos lugares respecto a su hábitat natural debido a los cuidados que se les brindan.

“Nuestro bisonte tiene 27 años, es anciano. Lo han entrenado para poderlo pesar (300 kilos) se debe hacer porque no es fácil el manejo. Se le monitorea el peso dos veces por mes y se le hacen muestras de sangre periódicamente, para saber cómo están sus órganos internos. También una osa de anteojos requiere medicamento permanente y debió ser entrenada, porque lo toma todos los días”, asevera Díaz.

En Nápoles, a su vez, los elefantes son especialmente asistidos, debido a su vejez, con un suplemento vitamínico con el que se evita el debilitamiento de la piel, los colmillos y prevenir el cáncer. “Para tomar muestras de sangre y limpiar heridas en otras especies, como los felinos, tenemos que dispararles dardos con un coctel de anestésicos a base de ketamina y diazepam, entre otros”, reseña Guerrero.

La joya de la corona de las aves en el Santa Fe es el cálao, un ave exótica y en categoría de vulnerable, debido a factores como la deforestación y los cambios de uso del suelo.

“Son aves grandes, pesadas que comen solo frutas y pequeños vertebrados, por lo que necesitan árboles y bosques conservados para mantenerlas. Además, son cazadas para hacer adornos con sus picos, parecidos a los del picón, pero más grandes”, revela.

Las dantas, entre tanto son el tesoro del Parque Hacienda, de acuerdo con Guerrero. Estos, apunta, son mamíferos nativos de Colombia. Animales en peligro de extinción.

“Contamos con los medios adecuados. Aquí están en espacios grandes que les evitan que presenten estrés”, señala.

Aporte universitario

La especialización científica de los parques y zoológicos antioqueños se ha dado de la mano con la facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad CES, desde donde se han realizado intervenciones quirúrgicas y tratamientos como los de Vera y Tyson.

Santiago Henao Villegas, médico veterinario y docente de esa institución educativa, resalta otros procedimientos practicados en la universidad como prótesis, remplazando manos, y una jornada masiva de castración en leonas, “lo que, asegura, antes era impensado”.

“Lo primero que se busca en estos procedimientos es garantizar las vidas de las personas, lo segundo el bienestar del animal. Entonces, se trata de que la técnica que se utiliza no le genere estrés”, dice.

Según Henao, la experticia que han adquirido en la universidad los ha hecho que soliciten servicios de los profesionales del centro veterinario desde diferentes territorios de Colombia, sin embargo, anota, por ejemplo para las corporaciones autónomas es difícil cuantificar los costos de los procedimientos.

“Nos apoyamos mucho, en un comienzo, de especialistas en medicina de humanos, y ahí empezamos a crear las especialidades veterinarias. En el caso de los animales hay cantidades de especies de fauna silvestre y exótica, y cada una es un reto. Siempre enfrentamos parámetros fisiológicos distintos, mecanismos de anestesia diferenciadores”, destaca.

Qué complejo es mantener un zoológico. Díaz y Guerrero, que viven allí, dan fe de ello. Como espectadores, disfrutamos de los animales y hasta imprudencias cometemos, al hacer ruido y darles comida. Detrás de los cubículos que albergan las fieras salvajes o aves endémicas hay toda una logística de la que hacen parte hombres que arriesgan sus vidas y viven por preservar las huellas de las especies, muchas de ellas que, afuera, sobrevivieron a la inclemencia humana.

1.000
animales de 161 especies habitan el zoológico Santa Fe de Medellín
900
millones de pesos al año invierte el Zoológico Santa Fe en alimentar los animales
30
millones de pesos requirió el cuidado de Vera, rinoceronte blanco que murió en Nápoles
Infográfico

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD