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Aunque el constructor del intercambio vial de la transversal Inferior con Los Balsos ya salió del camino y la obra fue asumida por el contratista del intercambio de la Superior con Los Balsos -la firma Gisaico S.A.-, el cambio no dejó satisfecha a la comunidad de El Poblado, que recalca en los perjuicios.
Además, EL COLOMBIANO conoció que a esta misma firma se le sigue un proceso administrativo por el incumplimiento en la entrega de unas obras de adecuación en los patios de la estación Universidad de Medellín de metroplús, cuyo plazo de entrega venció el pasado 30 de junio y la obra no fue terminada.
“El contratista no ha cumplido y se inició una actuación administrativa por presunto incumplimiento parcial del contrato, estamos en este trámite jurídico que por ahora es interno”, precisó Juan Diego Hernández, director de Infraestructura de Metroplús. Mientras cursa el proceso, las obras, que se calcula van en 75% de ejecución, están paradas y mientras no se termine la actuación no podrán establecerse las alternativas para reactivarse.
A este mal precedente se suma el malestar ciudadano. Darío Bustamante, de la Junta de Representantes de Valorización de El Poblado, opina que la decisión de la Alcaldía de presionar la cesión del contrato fue tardía: “Cuando no hay correspondencia entre las partes para sacar un proyecto adelante hay que tomar decisiones más tempranas y firmes, y más en este caso, que se dieron tantas molestias y perjuicios”, dijo Bustamante.
Recordemos que hace una semana, la Alcaldía logró que la firma Bernardo Ancízar Ossa López, que conforma la Unión Temporal Cruce Balsos, cediera el contrato a Gisaico S.A., que construye, exitosamente, el intercambio de la Superior, lo que permitió reactivar los trabajos, aunque con un retraso de cuatro meses, pues la obra estaba para ser entregada el 17 de septiembre próximo.
“El nuevo contratista garantiza calidad y cumplimiento y la certeza de que va a terminar las obras para finales de enero”, explicó el secretario de Infraestructura de la Alcaldía, Javier Darío Toro.
Un elemento adicional a favor de la obra es que Gisaico tiene sede en Copacabana y puede disponer de todos sus equipos y empleados a beneficio del proyecto, explicó Toro al entender el malestar de la comunidad.
La presión fue tal, que el ingeniero del proyecto, Luis Ángel Rojas, admitió públicamente que la permanencia de su firma en el lugar se hacía insostenible ante los insultos de que eran objeto. En realidad, la firma se quedó ilíquida, aclaró el secretario Toro.
Aunque sectores opinaron que la sanción debió ser la caducidad del contrato, Toro explicó que los procesos con los contratistas no pueden romperse de buenas a primeras sin agotar los términos.
Y al final esta figura habría resultado más perjudicial para la obra, pues habría obligado a iniciar otro proceso licitatorio, que tarda unos cuatro meses, y apenas se reiniciarían trabajos en enero, fecha que, con la cesión, quedó para entrega del intercambio, cuyas labores están de nuevo activadas.
José Fernando Villegas, director ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, cuestionó que por culpa de pliegos “mal” estructurados se ganen licitaciones firmas con antecedentes de incumplimiento en otras obras.
“La Administración Municipal debe responderle a la ciudad para que una mala ejecución no ponga en peligro las bondades del sistema de valorización, no resulta lógico que los vecinos deban soportar incomodidades y molestias derivadas de una inadecuada selección del contratista”, dijo.
Señaló que resulta insólito que un consorcio se conforme con una misma persona que figura como persona natural y jurídica, “pues eso no agrega ningún valor a la idoneidad del contratista”, precisó al criticar que los actuales pliegos atraen contratistas “irresponsables” y alejan los “idóneos”.
Intentamos el contacto con la firma en cuestión pero no fue posible.
millones es el valor del contrato que la firma
ejecuta en metroplús.