FOROS
EL COLOMBIANO
El foro “Por un Valle de Aburrá con aire limpio” estará dividido en dos ejes temáticos: el primero será el diagnóstico sobre la situación actual en el país y en la región. El segundo se centrará en las soluciones que se plantean para salir del problema.
En la primera parte intervendrá el viceministro de Ambiente y el ministro de Transporte (ver nota en la página 13), así como el vicepresidente de Desarrollo Sostenible y Ambiental de Ecopetrol, Eduardo Uribe, y la directora general del Instituto Nacional de Salud, Martha Lucía Ospina Martínez.
Estos funcionarios del orden nacional abordarán temas como los principales problemas ambientales del país, la responsabilidad del parque automotor en esta crisis, la calidad de los combustibles y las razones por las que no en todas partes se vende de la misma calidad, así como la incidencia de la calidad del aire en la salud pública.
El segundo bloque lo abrirá el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien explicará como se prepara la ciudad para tener una mejor calidad del aire.
Rafael Aubad, presidente de Proantioquia, abordará el tema sobre que tan factible es sacar algunas industrias del Valle de Aburrá.
Eugenio Prieto, director del Área Metropolitana, repasará las claves de la crisis ambiental en la región.
Carlos Arturo Díaz Romero, vicepresidente del negocio Gas de EPM, mostrará lo que el grupo hace y lo que propone.
Finalmente, Óscar José Mesa, investigador sobre clima y medio ambiente, hará un análisis sobre la situación y la viabilidad de las propuestas para salir de ella.
Necesitamos un sistema robusto de monitoreo en todo el país
“Medellín se convierte en la única ciudad de Colombia que le está contando a sus habitantes que se están envenenando. El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, gracias a la tecnología y a los nuevos profesionales que tiene el Siata, y a la multiplicidad de estaciones puestas en esta región, les puede contar a los habitantes que tenemos pésima calidad del aire.
Pero esta relación de la calidad del aire con la salud pública de los medellinenses y de los habitantes del Valle de Aburrá es la que necesitamos con urgencia en todo el país, para saber cómo lo estamos manejando desde las secretarías de salud.
Necesitamos un sistema robusto en todas las ciudades del país, que no solamente tengan los equipos de monitoreo, sino también que sean realmente ciudades inteligentes, que tengan una planeación que se haga pensando en los vientos, la humedad, el clima, la reforestación, para alcanzar un crecimiento armonioso y respetuoso con el entorno.
Estamos mezclando de manera desordenada, en los municipios, zona industrial con gran movilidad y con habitantes que caminan, o con zonas residenciales, lo que muestra que no estamos planeando las ciudades de manera inteligente.
Entonces, hay que chequear varias cosas. Una es que las secretarías de salud tengan un rol fundamental en este aspecto, no solo que sean las de planeación y medio ambiente.
Las alertas tienen que venir de las secretarías de salud, ellas son las que tienen que decir: ‘nuestros habitantes se están envenenado’. No puede ser que se deje esa responsabilidad solo a los que están monitoreando (las corporaciones autónomas), estos le pueden dar la información a las secretarías de salud”.
Pioneros en medir el impacto de la calidad del aire en la salud
“Medellín fue la pionera en el reconocimiento de que una de las principales preocupaciones era el impacto de la calidad del aire sobre los habitantes de la ciudad y el Valle de Aburrá.
Las preocupaciones en ese momento, en los años 70 del siglo XX, las manejaban directamente las secretarías de salud, bajo las directrices de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y en Medellín se fue creando toda la política ambiental de Colombia, en especial la política de calidad del aire.
En Medellín se instalaron las primeras estaciones en Guayabal, El Salvador, Belencito, Centro y Pedregal, para monitorear todos esos factores que causaban un impacto en la salud.
Lo que se ve luego es que, con ese trabajo tan importante, se crearon los códigos sanitarios de Colombia, la ley sanitaria de Colombia, con sus comisiones de trabajo y desde el 79 empezaron a integrar todo lo que era el trabajo de la calidad del entorno con la calidad de la salud de los habitantes de las ciudades.
Era una labor interdisciplinaria. Las inversiones se hacían desde el sector salud, en el caso de Medellín con la secretaría de salud, y desde la academia, con el politécnico Jaime Isaza Cadavid.
Luego, con los códigos sanitarios, en los 80 del siglo XX, empezó a reglamentarse el aspecto de la calidad del aire, basado los componentes interdisciplinarios, con las facultades nacionales de salud pública, entre ellas la de la Universidad
de Antioquia”.
Así se diluyó la responsabilidad sobre el tema
“Cuando se crea el sistema nacional ambiental, con la Ley 9993, la responsabilidad del monitoreo de la calidad del aire, y de otros recursos, se traslada a las corporaciones autónomas regionales y ahí es donde se empiezan a dispersar las responsabilidades sobre ese enfoque: no tener gente enferma por culpa de la mala calidad ambiental en las ciudades.
Ese traslado es muy grande, de muchas responsabilidades, que eran de muchos sectores: salud, educación. El tema de educación también se le traslada a las autoridades locales territoriales y autónomas, y también al Ministerio de Ambiente.
Este asunto del traslado de la responsabilidad sería muy interesante discutirlo en el foro, porque incide en el individuo y el bienestar de los colombianos.
Porque cuando era una tarea específica del Ministerio de Salud, era una gran responsabilidad de ese sector.
Pero luego se le entrega a unas pequeñas entidades, con poca capacidad, que tienen además muchísimas y muy grandes responsabilidades. Entonces las corporaciones están dedicadas solamente al del monitoreo de la calidad del aire, del agua y otros recursos, pero no tienen una responsabilidad sobre la salud pública de los colombianos.
Por eso, creo que, en este caso, necesitamos un papel muy fuerte del Ministerio de Salud y de las secretarias del ramo en materia de prevención y de estar haciendo mucho más monitoreo. Debemos volver a fortalecer la responsabilidad del sector de salud en estos temas”.
La política ambiental debe ser integral
“Debe haber una política ambiental integral, porque el problema viene cuando dividimos la parte ambiental y de riesgo que, por ejemplo, fue entregado a un comité en cada municipio, cuando debería ser un tema transversal de varias dependencias.
Se debe trabajar en la prevención. No es cuando la gente ya está enferma que se atiende, debe ser a nivel preventivo.
Este tema tiene tres dimensiones: una de salud pública de los habitantes; otra de comercio o desarrollo económico inteligente de la ciudad y otra educativa, porque no hay educación ambiental preventiva para explicarles a los habitantes el problema que se está teniendo.
Cada vez las condiciones van a ser más extremas, porque están entrando muchos más carros y motos al Valle de Aburrá y hay más habitantes.
Los ciudadanos son los que deben decidir qué quieren hacer con el lugar donde viven, por eso la invitación es para que exijan y participen de las mesas que existen.
O sea, no es solo un asunto de las alcaldías, las industrias, del comercio, sino también de los habitantes, quienes deben involucrarse en definir cómo tiene que crecer la ciudad, de una manera responsable.
También hay que cambiar la mentalidad individual. ¿Si tengo permiso para salir con el vehículo, yo salgo a contaminar? Eso se repite en muchos hogares, de manera masiva. Entonces hay que cambiar eso, no es un tema que el Siata y las secretarías de salud y de medio ambiente vayan a resolver solas”.