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Aunque el uso de globos con mecha está expresamente prohibido en Medellín y en el sur del valle de Aburrá se adelantan campañas específicas para desincentivar su fabricación, al menos tres festivales de globos se realizarán en el área metropolitana durante las próximas semanas.
Las convocatorias se realizan a través de las redes sociales y el número de simpatizantes parece crecer: un solo grupo de facebook que defiende lo que ellos denominan “tradición” ya cuenta con más de 20.000 integrantes que a diario comparten fotos de sus proyectos, se dan consejos sobre materiales y técnicas de elevación y hasta se anuncia la venta de materiales.
Hace menos de un mes se realizó un festival de globos con mecha en la comuna 9, donde la policía y el Esmad tuvieron que intervenir para controlar la situación. Paradójicamente, el festival de globos solares de Envigado -los únicos que no usan mecha- no se volvió a realizar por falta de apoyo.
Y es que las campañas no han tenido la efectividad deseada. Así lo reconoce Carlos Viviescaz, director de Prosur, la organización que agrupa empresarios del sur del valle de Aburrá y dirige la campaña de comunicación y educación sobre el tema.
Según el directivo, este año se cambió la estrategia por una llamada “celebra con cerebro” que busca crear conciencia sobre las celebraciones responsables: “veníamos arrastrando una prohibición que estaban generando una reacción negativa de la gente y aumentando las expresiones y prácticas en torno a la elevación de globos y quema de pólvora”.
Lisandro Mesa, líder de una de las agrupaciones de globeros (llamadas Turmas), asegura que la prohibición expresa que se realizó en años anteriores alimentó el interés de jóvenes y adultos en esta expresión. “A diario en las redes sociales recibo muchos mensajes de personas que quieren saber de los globos, de cómo se hacen, de los festivales”, aseguró.
El problema: los incendios
La polémica alrededor de los globos se avivó desde hace ocho años, con varios incendios que afectaron a empresas de gran tamaño en los municipios de Envigado e Itagüí. Según cálculos de Prosur, el incendio de Almacenes Éxito en 2007 dejó pérdidas por más de 55 mil millones de pesos, mientras que el de la firma AKT, en enero de 2014, causó destrozos por 31 mil millones de pesos. El caso más reciente fue el de Espumas Metroflex, ocurrido en 2015 y con pérdidas calculadas en 8.000 millones de pesos.
El riesgo de incendio, asegura Viviescaz, los ha llevado a contratar unas 150 personas, entre vigilantes y personal con experiencia en manejo de emergencias y altura, para captar estos elementos. “Es un extracosto que va desde los dos millones de pesos en las empresas pequeñas, hasta 500 millones en la más grande”, precisó.
Entre el 7 y el 22 de diciembre, estos globeros han intervenido 26 de esos artefactos, aunque Prosur no aclaró cuántos de ellos cayeron encendidos. Sin embargo, aclaró que han tenido 9 conatos de incendio por globos y ningún incendio declarado.
Carlos Gil, director del Dagrd, aseguró que solo en Medellín se han registrado 31 incendios iniciados por la caída de una mecha de globo. En 2014 fueron 49 y en 2012 la cifra fue de apenas 27.
Tradición vs. innovación
Lisandro Mesa reconoce que varios incendios se han desatado por la caída de mechas y señaló que, precisamente por eso, los grupos de globeros evolucionaron a turmas. “En esta polémica hay tres grupos: los globeros de siempre, que ven lo suyo como un arte en los cielos y se olvidan del riesgo de incendio. Los empresarios, que se olvidan del arte y se concentran en la llama, y las turmas, que buscamos conservar la tradición sin generar daños”.
Por eso, dice, cambiaron los productos inflamables como gasolina y petróleo por combustibles lentos como la parafina, e inflan los globos con sopletes que emiten aire caliente y hacen que el elemento caiga apagado. “Hace poco un brasileño vino e hizo el experimento: un globo con parafina y un GPS se lanzó en Envigado y se encontró apagado en Heliconia”, aclaró.
La apuesta de Mesa y sus amigos es educar a otros para que hagan la misma transición. “A mi me costó mucho desprenderme de la idea de una mecha con petróleo. Incluso llegué a usar globos con pólvora. Hoy uno ve prácticas terribles, gente que le pone hasta toallas higiénicas y gasolina porque cree que se eleva con el humo y no es así... eso es más peligroso que los borrachos con pólvora”, señaló.
Fabio Moncada, subcomandante de bomberos de Medellín, aseguró que aunque la parafina tiene menos combustión, el riesgo se mantiene. “Desde que lleve fuego, hay un riesgo. No hay un temporizador que indique cuándo se apaga el globo y hay muchos factores que pueden intervenir para que el globo caiga antes de que la mecha se consuma”, declaró.
Mesa interpeló diciendo que el riesgo es latente cuando el globo es de menos de ocho pliegos, e indicó que en la ciudad hay grupos que invierten hasta dos millones de pesos en piezas hechas con 5.000 pliegos que llevan rostros de personas, frases, escudos de equipos y homenajes personales.
Polémica global
Los globos con mecha no son una tradición colombiana. Su origen se remonta a la antigua China y su uso, aún hoy, se extiende por todo el mundo. Incluso hay festivales dedicados a esta expresión como el Icare Coupé en Lumbin, Francia; y el Festival de Cantolla en México. En China se usan masivamente para dar la bienvenida al año nuevo.
En Brasil, donde se originaron las Turmas, están prohibidos por ley y en el festival de música Glastonbury, en Inglaterra, los vetó luego de varias demandas de campesinos locales que aseguraron que el ganado terminaba comiendo parte de las piezas de globo que caían, según un reporte del diario “The Guardian”.
En Colombia no hay una regulación clara al respecto. Incluso, recientemente, el Presidente Juan Manuel Santos apareció en varios comerciales promocionando su estrategia de paz elevando un globo de mecha incandescente, uno de los más peligrosos.