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Un castillo, un tren y un par de velas de enormes proporciones hacen parte de los diseños que se iluminaron el 7 de diciembre para dar comienzo a la Navidad de los girardotanos.
El parque principal, la iglesia, la fachada del edificio de la alcaldía y la calle 7, son los espacios en los que se distribuyó el alumbrado público.
Además de la utilización de 40 reflectores, también fueron instalados aproximadamente 2.000 metros de manguera luminosa y 150.000 bombillas led que conformaron un total de 1.500 figuras.
Esas fueron las cifras confirmadas por Esteban Sánchez, ingeniero electricista y parte del equipo del contratista.
“Se realizó un convenio con la Empresa de Servicios Públicos de Sabaneta, en un contrato por valor de 220 millones de pesos”, aseguró Marco Antonio Rincón Álvarez, secretario de Infraestructura del municipio de Girardota.
Durante 10 días se hizo el montaje y su encendido tuvo lugar el pasado 7 de diciembre en el parque principal. “En el evento se prendieron velitas con la comunidad y se repartió natilla con buñuelo”, finalizó el secretario.
Este año no se definió una temática específica para la decoración, sin embargo, desde la Alcaldía tienen como objetivo principal promover un mensaje enfocado a la protección de niños, jóvenes, mujeres y los animales.
Desde la Alcaldía informaron que en conjunto con el Hospital se adelanta una campaña en contra de la pólvora, los globos con mecha y el abuso del alcohol.
Se realizará también la Maratón Navideña, en la que se entregarán 7.000 regalos a mujeres en estado de gestación y niños hasta los 10 años de edad. “Lo que se busca, más que dar un regalo, es promover un mensaje de unidad familiar”, agrega Lina Echeverri, desde la Alcaldía.
‘La chiva’ es otra iniciativa para resaltar. Lo que se pretende es transportar niños de diferentes veredas y llevarlos a recorridos por el parque y las principales calles del municipio para que disfruten del alumbrado navideño.
“Está muy lindo, sencillito, es lo que necesitamos. Cuando hay mucha opulencia para mí no es bien visto”, así lo expresa Jairo Bermúdez, pensionado y residente, al tiempo que sus amigos asienten con la cabeza al escucharlo.
Algo parecido piensa Jenny Gutiérrez, inmigrante venezolana asentada en Girardota hace cuatro meses. Expresa que, a pesar de no haber vivido allí, el alumbrado le parece una bella costumbre y resalta el valor estético de las luces.
Se espera que conforme avance el mes también aumente gradualmente el número de visitantes, lo cual, con el inicio de las novenas, es casi seguro que ocurra .