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Aunque en el consolidado del año Medellín registra un incremento del 0,7 % en los homicidios, en los últimos meses la curva muestra un considerable descenso: en abril se cometieron 23 homicidios y desde 1979 no había un mes con menos de 30 casos.
Comparado con el mismo mes de 2015, se bajó de 34 casos a 23. En marzo se bajó de 46 homicidios en 2015 a 30 este año. En enero y febrero, al contrario, hubo incrementos del 48% y el 43%: se pasó de 33 casos en 2015 a 49 en 2016 (enero) y de 30 a 41 (febrero).
En esos meses hubo enfrentamiento de combos en Castilla y, por eso, los incrementos, explicó el alcalde, Federico Gutiérrez. “Las cifras siguen altas y cualquier vida cuenta”, recalcó.
La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes está en 20 y la apuesta, en el Plan de Desarrollo, es bajarla a 15.
“Hay que seguir con la estrategia que tenemos y fortalecerla cada día”, precisó.
El coronel José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana, subrayó que los descensos en marzo y abril se debieron a las intervenciones en ciertas zonas.
“En Castilla se capturó al cabecilla de una organización; en el Centro se golpeó a las Convivir; y se desarticuló la banda Los Chatas”, apunto.
Según las estadísticas, el hurto a personas bajó el 9%; al comercio el 16%; a domicilios el 33%; a carros, 32%; y a motos el 4%, informó el Alcalde.
“El hurto de motos se da porque los mismos motociclistas compran las partes robadas y en esto todos debemos contribuir”, comentó.
También admitió que la extorsión, en apariencia, ha caído, pero aclaró que el problema sigue grave y lo que pasa es que la gente no lo denuncia por miedo.
El director ejecutivo de Fenalco, Sergio Ignacio Soto, destacó la acción de la autoridad: “La extorsión ha bajado bastante. El alcalde tiene un estilo privado, con objetivos claros y plazos cortos”, señaló.
Juan Esteban Jaramillo, analista del Observatorio de Derechos Humanos del IPC, opinó que si bien la acción de la autoridad es importante, el énfasis está puesto más en la percepción de seguridad que en la seguridad misma.
“Habría que analizar cómo están las dinámicas de los grupos delincuenciales en su confrontación, si algunos se han consolidado en los territorios, y tener en cuenta la acción de grupos culturales y sociales en los barrios, que también generan transformaciones y le restan espacio a la violencia”.
Recalcó que el desplazamiento forzado intraurbano, la desaparición y la extorsión siguen teniendo impacto.