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Incendio ajusta 17 días en mina de Amagá
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Trabajos de rescate de cuerpos en la mina San Fernando de Amagá, durante la explosión de 2010. Foto: Róbinson Sáenz
31 de octubre de 2018
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Con el pasar de los días la labor de extinguir las llamas dentro de la mina San Fernando se hace más compleja y el riesgo de propagarse está latente.
El incendio en el socavón carbonífero del Suroeste antioqueño, comenzó hace 17 días, una tarde de día festivo, cuando los trabajadores estaban de descanso, lo que evitó una tragedia.
Organismos de rescate tratan de establecer si las llamas son provocadas por un cúmulo de carbón que estaba listo para sacar o es la madera que sostiene el túnel.
Los esfuerzos de una cuadrilla de la empresa, Carbones San Fernando; Salvamento Minero; el máximo organismo de atención de emergencias de Antioquia, Dapard; y la Secretaría de Minas departamental no han logrado apagar el fuego.
Según el capitán René Bolívar, oficial de enlace del Dapard, el incendio está en una cámara subterránea de 8 metros cuadrados a 700 metros de la boca de la mina y genera mucho gas metano y monóxido de carbono que impide al personal ingresar al socavón.
“La gente no tiene como respirar por la condensación de humo. La estrategia para contener el fuego y enfrentarlo fue cerrar la entrada y salida de la mina, dejando orificios para inyectar agua y medir los niveles de monóxido y metano que aún son considerables, lo que indica que el fuego está latente”, indicó Bolívar.
La mina en la que hoy se presenta el incendio, había sufrido una explosión por acumulación de gases en 2010, hecho en el que perdieron la vida 73 personas que trabajaban en su interior.
Las hipótesis del incendio
En tanto las labores para extinguir las llamas continúan, la investigación sobre lo sucedido arrojan las primeras hipótesis.
De acuerdo con Bolívar, pudo haberse presentado un corto circuito al interior de la mina, por acumulación de gases y altas temperaturas, lo que habría generado una combustión instantánea ayudada por el hecho que en ese momento no había energía y se carecía de ventilación.
“Otra causa pudo ser que al volver la energía haya generado un sobrecalentamiento, y esto haya producido el fuego o, en el peor de los casos, que con la temperatura se haya calentado tanto el carbón hasta que se incendiara”, explicó.
Bolívar concluyó que para ingresar esperan que el fuego baje a niveles permisibles, que se pueda respirar, y de esa manera evaluar qué es lo que realmente está ardiendo. Admitió que el riesgo es que las llamas toquen una bolsa de carbón, lo que haría más compleja la labor de apagarlas.
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