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El traje, la corbata, su cabello corto y engominado, su compostura y buenos modales no le alcanzan a James Anthony Diossa para disimular sus 30 años recién cumplidos. Es de no creer que, a su corta edad, ya lleva siete años de carrera política, es muy popular y cuenta con el respaldo de su comunidad, a la cual, con su trabajo, le está devolviendo la esperanza de que sí se puede salir adelante después de una crisis financiera.
James no milita en ninguno de los partidos o movimientos políticos colombianos y tampoco aspira en estos comicios a un cargo de elección popular. Él es el alcalde de Central Falls, la ciudad más pequeña de Rhode Island, el Estado de menor superficie terrestre en Estados Unidos.
Su ciudad, la cual gobierna desde el año 2012, tiene apenas 3,3 kilómetros cuadrados en los que viven unos 20.000 habitantes. Eso la convierte en la más poblada del Estado y la vigésima quinta más densa del país. De todos sus pobladores, 6.000 son colombianos, paisas; la mayoría de Itagüí.
James Anthony Diossa, desde los 27 años, es el primer alcalde latino de Central Falls, la ciudad con la mayor colonia de itagüiseños en Estados Unidos y la cuarta de ese país que más tiene colombianos.
Sus padres, Bernardo Diossa y Melva Restrepo, son oriundos del Valle de Aburrá, y siendo muy jóvenes, en la década de los 80, emigraron a Nueva York en busca del anhelado sueño americano. Allí duraron poco tiempo, se mudaron a Central Falls, ciudad que desde 1964 empezó a llenarse de colombianos expertos en operar máquinas industriales de manufactura textil, talento que sobraba en Itagüí pero que faltaba en Central Falls, cuya economía también estaba basada en la producción textil.
James nació y creció en Centrals Falls. Cuando terminó el colegio, se mudó al estado de Massachusetts para estudiar Justicia Criminal en Becker College. Durante su último año como universitario, contrario a todos los planes que alguna vez se imaginó con su carrera, lo picó el bicho de la política.
—Desde muy joven quise trabajar por la comunidad que tanto les dio a mis padres. La historia del presidente Barack Obama fue la que me inspiró y me motivó a meterme en la política. Incluso, cuando lo conocí y conversamos, tuve la oportunidad de contarle que fue por él que decidí darle este rumbo a mi vida—, comenta con orgullo y sin ningún síntoma de arrepentimiento.
En el 2009, con tan solo 24 años, James decide lanzarse al Concejo de Central Falls. Gana su curul gracias al respaldo del voto latino, del voto colomboamericano, del voto itagüiseño... Como corporado, se destacó por los debates de control político que le realizaba al alcalde Charles D. Moreau, quien lo doblaba en edad.
Ayudó a darle un aire fresco a la política local, la cual tenía una imagen de corrupción; además, involucró a los jóvenes residentes de Central Falls para que fueran partícipes del cambio, de las nuevas iniciativas de transformación.
Durante el tercer año de James como concejal, sucedió algo de lo que no se salva ningún país del mundo: el alcalde de Central Falls, Charles D. Moreau, se vio obligado a renunciar a su cargo por presuntos actos de corrupción.
Con la ciudad en bancarrota, una tasa de desempleo de dos dígitos y una Administración Municipal sin la credibilidad de la gente, James decidió que era el momento de cambiar el rumbo de Central Falls. Su labor y desempeño como concejal fueron la clave para ganar la alcaldía en las elecciones atípicas. Y otra sorpresa: su corta edad y sus raíces colombianas nunca fueron un obstáculo, todo lo contrario, fue lo que lo catapultó.
Gracias a las políticas que implementó en pro de rescatar la confianza de los habitantes de Central Falls, de mejorar la seguridad y de buscar la reactivación económica, fue reelecto en el cargo en el 2013. Desde entonces, poco a poco ha sacado adelante a la ciudad, le devolvió la esperanza a la gente y la economía ha mejorado. Todavía no ha logrado que la tasa de desempleo baje a un dígito, pero asegura que van por buen camino.
—Nos ha ido bien, la gente lo reconoce y nacionalmente hablan de nuestra recuperación. Estamos cambiando la percepción negativa que tenían los ciudadanos. Los artículos de prensa nos muestran como un ejemplo a seguir en la Nación.
Asegura que tiene excelentes relaciones con Gina Raimondo, gobernadora de Rhode Island. Apoya la política migratoria de Obama y aborrece los hechos recientes de la campaña presidencial.
—Lo que está pasando con Donald Trump me tiene muy triste; hay dos cosas que me preocupan, que a la larga es una sola: su popularidad es muy alta y mucha gente está de acuerdo con lo que él piensa y opina acerca de los inmigrantes. Pero eso le va a costar, porque, hoy en día, un aspirante a la Presidencia no puede ganar si no cuenta con el voto latino.
Por supuesto, James reconoce que no se las sabe todas, que le falta mucho por aprender y por ejecutar. Desde su despacho o su hogar, le sigue la pista a la transformación positiva que están viviendo los municipios del sur del Valle de Aburrá.
Muchos itagüiseños de Central Falls, quienes se enteran por sus familiares, le cuentan acerca del gran cambio que ha logrado Itagüí en los últimos 44 meses; del trabajo realizado por el alcalde Carlos Andrés Trujillo.
Al principio, a James le costaba creerlo. En su última visita a Itagüí, a finales de 2007, familiares y conocidos siempre le advertían de no salir solo a la calle, porque estaban robando mucho, que se abstuviera de recorrer ciertas zonas del municipio, porque habían fronteras invisibles y guerra entre pandillas; la tasa de homicidios estaba disparada y escuchó hablar de barrios como Calatrava, donde la autoridad eran los pillos.
Infortunadamente, los colombianos cargamos con el rótulo de narcotraficantes en muchas partes del mundo y en Central Falls no íbamos a ser la excepción. Esta población tiene la mala fama de ser una de las zonas con más microtráfico de drogas en el estado de Rhode Island. Lograr un cambio en este sentido, es algo por lo que James también ha trabajado desde su primer periodo como alcalde. Por eso se preguntó: ¿cómo hicieron en Itagüí?
—Quise visitar al alcalde Trujillo porque quería, primero, agradecerle personalmente por todo lo que ha hecho por el municipio. Mi familia y los demás habitantes de Central Falls que son itagüiseños, están muy contentos por la transformación. Y segundo, vine a que me enseñara cómo lo hizo, para yo lograr lo mismo en mi ciudad, no solo en materia de seguridad, sino también en la economía. ¡Quiero aplicar todo allá!
Motivado por aprender nuevas estrategias y también aprovechando para visitar a sus familiares, los cuales no veía desde hace ocho años, James viajó a Itagüí, y desde el primer día comenzó a indagar y a gestionar cómo podía reunirse con el mandatario local.
Tuvo éxito, Trujillo lo recibió en su despacho y lo invitó a recorrer el municipio. Conversaron de ambas ciudades, de sus intereses, procesos y resultados. El alcalde de Itagüí también quedó asombrado con la corta y exitosa carrera política de James y de los cambios que estaba logrando en Central Falls.
Ambos vieron la oportunidad. Realizarán un convenio de hermanamiento entre las dos ciudades. A Itagüí traerán bilingüismo y a Central Falls llevarán el concepto y las estrategias de renovación urbana y seguridad implementados acá.
A finales de septiembre, el alcalde de Itagüí, Carlos Andrés Trujillo, viajará a Estados Unidos para firmar este acuerdo y reunirse con los miles de paisanos que allá lo admiran por haber transformado al municipio de sus raíces. James, por su parte, lo quiere llevar a cada rincón colombiano, mostrarle lo que ha hecho, lo que tiene planeado, y brindarle la famosa y popular bandeja paisa de Central Falls.
Con este, James Anthony Diossa acumula otro logro en su corta carrera política, la cual, sin duda, tiene un gran futuro.