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Los embera lloran la partida de Delascar

José Delascar Morales, considerado el protector de la comunidad indígena del Norte de Antioquia, falleció la semana pasada.

  • El indígena embera Yuri Dumasá (izquierda) en compañía de José Delascar Morales (derecha) en el 2015. FOTO Donaldo Zuluaga
    El indígena embera Yuri Dumasá (izquierda) en compañía de José Delascar Morales (derecha) en el 2015. FOTO Donaldo Zuluaga
20 de noviembre de 2017
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Su ausencia ya se siente en la comunidad emberá del Norte de Antioquia. José Delascar Morales Gutiérrez se había convertido, desde hace cuatro décadas, en protector de estos indígenas, que afrontan a diario hambruna y enfermedades en sus resguardos, muchos a dos días de camino del casco urbano de Ituango.

Delascar era una especie de héroe anónimo y su muerte, el miércoles pasado en Ituango, no quedó en el anonimato. Hoy es recordado como el hombre que promovió el respeto hacia los embera, tantas veces vistos como un problema en las poblaciones a las que llegan.

En 2015 EL COLOMBIANO lo seleccionó como personaje para la serie de reportajes y crónicas ‘Descubriendo Antioquia’, que presentaba a habitantes que desde el anonimato aportan al bienestar de sus comunidades.

El ángel de los embera, así era conocido Delascar, quien siendo profesor en Ituango, durante la década del 80, conoció a otro docente que viajaba esporádicamente al resguardo de esa comunidad, San Matías, a enseñarles castellano a los indígenas.

Fue tanto el amor que adquirió por los embera, que durante sus vacaciones, por cinco años, comenzó a viajar para visitarlos, cuatro horas por una trocha, a lomo de mula y enfrentando un agreste camino, y en menos de tres años aprendió a hablar su lengua.

“Desde que yo era un niño veía a los embera. Dormían en las aceras y muchos, para calmar el hambre, se bebían lo que llevaban en canastos y se comían los pescados que tenían para vender”, comentó Delascar en su momento a EL COLOMBIANO.

También impulsó la construcción, en el casco urbano de Ituango, de una casa para que los embera se quedaran ahí cuando llegaran al pueblo.

Yuri Dumasá no disimulaba su agradecimiento con Delascar. Lo impulsó a estudiar una carrera técnica y a no tomar el camino de la mendicidad.

La comunidad católica de Ituango también lamentó su partida. La parroquia le rindió un emotivo homenaje y pidió a cada uno de los habitantes continuar el legado de respeto por los indígenas que con sus trajes y sombreros altos rojos a diario están por las calles del pueblo.

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