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En Antioquia, en términos generales, las condiciones de vida han mejorado, sin embargo hay retos inaplazables como la erradicación de la pobreza extrema y el cierre de la brecha entre lo rural y lo urbano. Así lo concluyeron los expertos en inclusión social en el marco del foro organizado por EL COLOMBIANO y el Instituto de Estudios Metropolitanos y Regionales de la UPB.
Otra de las preocupaciones que manifestaron los panelistas tiene que ver con lo rezagado que está el departamento en equidad de género. Sin embargo discreparon en los medios de los que se puede valer la institucionalidad para mejorarlo.
Mientras Sergio Tobón, del Centro de Pensamiento Social insistió en que los avances en esa materia corresponden al rompimiento de paradigmas culturales que pueden tardar generaciones, Piedad Restrepo de Medellín Cómo Vamos, afirmó que hace falta un papel más proactivo de las administraciones en la elaboración e implementación de políticas públicas sobre equidad de género.
Asimismo, en medio del debate salió a flote la inquietud que genera el uso que se le da al territorio en Antioquia y que puede distorsionar, en ocasiones, los indicadores de calidad de vida, como sucede en las subregiones del Suroeste y el Oriente de Antioquia.
Sobre el tema advirtieron que tal como están la cosas la ganadería no supone una mayor amenaza para la calidad de vida de los antioqueños en las subregiones, como si sucede con la minería, pues según indicaron en el 80 por ciento del departamento hay solicitudes para la explotación minera.
Por otro lado, a pesar de destacar los avances en la lucha contra la pobreza extrema, señalaron que es urgente que el gobierno haga algo por los 70.000 habitantes de la ciudad que aún viven en la pobreza extrema y que equivale al 3 por ciento de la población de la ciudad.