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Manoseos en Metroplús se quedan en el silencio
Aunque en el año no se han registrado casos en buses, algunos usuarios le contaron a EL COLOMBIANO abusos sexuales que no denunciaron.
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En la hora pico, cuando el sistema transporta más de 6.000 pasajeros, los abusadores aprovechan las aglomeraciones dentro de los buses para acosar. FOTO Juan Antonio Sánchez.
01 de agosto de 2015
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Por Víctor vargas Rodríguez
Hora pico en Medellín. Los articulados y padrones de Metroplús llegan a su máxima capacidad; es ahí cuando algunas personas aprovechan la incomodidad para desatar sus abusivos instintos, según cuentan algunos usuarios.
“Iba con mi novio de pie y, como es tan congestionado, uno no se percata. Empecé a sentir algo atrás y pensé que era el bolso de alguien. Cuando volteé , vi a esta persona detrás. Me sentí horrible, fue muy incómodo, se apretaba contra mí”. Esto fue lo que le ocurrió hace dos meses a Kelly Tabares Restrepo, de 25 años.
Ella tomó valor e hizo escándalo. Los hombres que viajaban en el bus presionaron hasta que el presunto acosador abandonó el sistema en la estación Hospital. La pareja de Kelly, reticente a los problemas, no dijo nada. Ella, tampoco. “Ir a denunciar, a perder tiempo, es muy complejo”, comentó.
La empresa Metro no reporta en lo corrido de este este año ninguna queja de sus usuarias o usuarios relacionada con manoseos y acoso sexual al interior de sus buses. “Esto no quiere decir que no suceda pero no se ha presentado queja alguna este año”, explicó Jorge Mario Tobón González, gerente Social y de Servicio al cliente del Metro de Medellín. Al parecer, esta situación no es extraña en las horas de mayor congestión y, de hecho, en el servicio del metro, sí se han reportado 15 situaciones de este tipo en lo corrido del año.
Otro de los casos que conoció El COLOMBIANO también se quedó en el silencio. Ocurrió, al igual que el primero, en el sector de la estación Hospital. “El hombre se hizo detrás de mí. Llegó al descaro de bajarse el cierre, yo lo vi. Le hicimos escándalo y ‘le dijimos su poco’ hasta que se bajó del bus”, afirmó Carolina Gómez Álvarez de 29 años. Tampoco hubo denuncia en este caso. “No, no denuncié. Solo lo sacaron del bus. Si hubiera pasado a más, habría denunciado”, dijo la mujer.
Por su parte, Tobón González indicó que cuando ocurre una situación en la que se presume acoso sexual “el personal de la estación busca apoyo de la policía y aprenden al infractor que ha actuado, y se hace la denuncia penal”.
Sobre el tema, Paula Tamayo Castaño, secretaria de las Mujeres de Medellín, fue enfática: “Tenemos que motivar a que las mujeres no toleren estas incomodidades y violencias. (...) El asunto es que culturalmente está ahí el concepto que el cuerpo de la mujer les pertenece a otros”, señaló.
Agregó que en los casos del denominado froterismo (frotar los genitales contra otro cuerpo) la víctima evita denunciar penalmente por el “complejo concepto de que eso no es un abuso”, porque además no es posible determinar con pruebas médicas o científicas que un acto como este ocurrió. Los únicos recursos con los que cuenta quien desea denunciar es su palabra y la de los testigos.
Las cifra de los entes responsables muestra que en los hogares y lugares públicos, el delito ha aumentado un 30% de un semestre a otro. La funcionaria indicó que entre enero y junio de 2014, dos hombres y 28 mujeres denunciaron en Medellín casos de acoso sexual sin violencia, según información de los Centros de Atención e Investigación Integral a las Víctimas de Delitos Sexuales, Caivas y el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc). En el mismo periodo de 2015, 40 mujeres denunciaron ser víctimas de acoso sexual y no se registró ningún hombre.
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